sábado, septiembre 29, 2007

EL SEMBRADOR DE ETERNIDADES


Cuando murió su mamá él sabía que no tenía fuerzas para separarse de ella. Por ello decidió aplicar su profesión de embalsamador. Igualita le quedó su progenitora. Y ahora sigue sentada donde siempre lo hacía a la hora de las comidas y de las reuniones de toda la familia.

Cuando le tocó a su padre y su hermana no podía hacer otra cosa. Su hermano había hecho algunos reparos pero terminó sentado al lado de su madre.

Andrea, la jefe de cocina y Luis Pedro, su ayudante y mandadero, quedaron en el lugar donde siempre estaban.

Cuando Sebastián Adolfo enfermó y vio cercana su despedida, pensó en algo muy duro: ¿Quién cuidará y acompañara a mis queridos difuntos? ¿Quién velará por mí, ya embalsamado?

Por primera vez en muchos años dudó de su profesión y dijo haber entendido que no se sigue vivo por estar embalsamado sino por haber tenido compañías y amor. Eso fue lo que él quiso seguir cosechando con sus embalsamados. Por eso la dura defensa de su oficio. ¿Pero a quién darle la compañía y el amor que no se tiene ni se tendrá?

Y de tanto entender que somos muchos los que esperamos por las compañías del amor, surge la necesidad y el oficio de sembrador de eternidades.
abm / inédito

http://www.epdlp.com/asf/bach14.wmv
J.S. Bach / Allegro / Conc para violín y oboe

No hay comentarios.: