sábado, marzo 22, 2008

EN LOS RECODOS DE LOS CIELOS



La Piedad / Miguel Angel



A Guaga, Oneida y Dora

Ese día el santo cuerpo hizo presencia
desesperada en cada uno de nosotros
para que el mensaje que elevó la abuela
marcara diferencias de tiempo en los recodos de
los cielos

Entonces supimos que las horas se vuelven
simple estandarte en espera de que cada uno
de los lamentos se cuelgue en la risa de
los pecados que salen a relucir por encima
de la madera de los dioses

Por ello en medio de la procesión
de los recuerdos de abril
se persignan las ilusiones de los trotamundos
que tienen humanidad suficiente para saber
lo que significa aquel grito con el anuncio de
la sed que ya no tomaría un camino diferente
del marcado por aquellos que siempre
están en el tránsito que conduce al paraíso
en el que se inquiere terminante al padre
que ha sido capaz de abandonar al hijo
lanzado ahora a la duda de la persistencia

Y ante tan dura prueba
más vale perdonar en la seguridad
de que nunca supo lo que hacía

Por eso hoy y sin tocar la conciencia
de las espigas que trazan alumbritas
de amaneceres de amor
podemos decir que ya estamos
en la hora en la que no se podrá
encomendar el espíritu a las propias manos
de las respiraciones que nacen
en el mismo luto de los asesinos

Mientras la abuela
sigue navegando en el empeño de llevar
a sus hijos la comprensión la pasión el amor
y la eternidad contenida en el naufragio de un
santo cuerpo que sigue padeciendo el abandono
por más que se le cubra de orquídeas
y azucenas benditas



abm / ofrenda musical


J. Brahms / Del Requiem

1 comentario:

Anónimo dijo...
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