lunes, julio 28, 2008

LA PEQUEÑA CRÓNICA DE ANA MAGDALENA BACH




La primera edición, que conozcamos, en español de la Pequeña Crónica de Ana Magdalena Bach, se produjo en 1940. Siete años más tarde, en 1947, circuló esta segunda edición, impresa en Barcelona, por la Editorial Juventud. Por suerte pudimos obtener este ejemplar, cuya búsqueda hasta ese momento nos había resultado infructuosa.

Una vez en nuestras manos y leído el texto, escrito por la segunda esposa de Juan Sebastián Bach, decidimos publicarlo en 1972, bajo el sello de Ediciones Desorden.



Hasta ahora no hemos encontrado una obra capaz de acercarnos de una manera más hermosa y sencilla a la música y a la figura de Johann Sebastián Bach. Ella asistió al proceso de creación de cada una de sus obras. Y entendió en su momento la dimensión de la música que componía. “Esta música viene pura del país del alma”, dice en una de sus páginas, “ en el que Sebastián se encontraba siempre como en su casa”.

Y nos dice: “Mucha de la magnífica música que fluyó de él no la volverá a oír ningún oído humano: no salía de él más que una vez, no la escribió nunca y se perdió para siempre, como él mismo, más tarde, en la armonía del cielo.”.

Ana Magdalena hace una travesía por su vida, sus dificultades, sus hijos, su música. Y dirá: “Las Pasiones según San Mateo y según San Juan son, con toda seguridad, las obras de arte más grandes que ha producido jamás el espíritu humano. También pertenece a esa categoría la Misa en si menor.

Sabía Ana Magdalena que Bach escribía para el futuro. Entregaba en cada uno de sus acordes una clave para comprender la verdadera dimensión del ser creador del que estamos hechos. Y supo ascender más allá de lo cotidiano y lo superfluo para dejar una escritura que aún está por descifrar.

Su música no es un espectáculo para escuchar. Es una conmoción dirigida a despertar en el hombre su propio lenguaje, la nomenclatura real de su existencia, el alcance de su estatura.

Acercarse a ella, por consiguiente, es como asomarse al abecedario de la vida en sus más altas manifestaciones.

En este nuevo aniversario, invitamos a escucharla. Tal vez, de manos de ese mágico instrumento, podamos ingresar a ese país del alma, que con tanto afán la historia pretende clausurar. Hay que dejar que ella corra libre por los intersticios celulares de nuestros diminutos dominios, para que allí dinamite nuestra perplejidad, haciéndonos la ofrenda de lo que nos pertenece por esencia y condición. Vale la pena intentarlo!!!
28/07/2008

2 comentarios:

Contracorriente dijo...

Gracias Mery, por haberme abierto las puertas a ese "desorden"...
LA

Contracorriente dijo...

Gracias Mery, por haberme abierto las puertas de ese "desorden"...

Luis Alejandro