a marisol
Se juntaron en este abril las despedidas
y uno queda desguarnecido de piel
aterido de silencios desasistido de cielos
Las palabras se vuelcan sobre sí mismas
llenas de ausencias estremecidas
de tiempo mientras develan la brevedad
de sus vocales sobre los rostros que se
fueron a comulgar su finitud al
asombroso espacio del siempre
Y uno busca en el aire en la congestionada
geometría de las constelaciones una línea
que junte lo que fue y lo que será en este
instante de aluviones y centellas en los
que la tierra removida y los rituales apresuran
las siembras de todas las lágrimas
que no llegaron a verterse
¿A dónde van a parar las caricias que
ya no transportan el abecedario del alma?
¿Qué haremos ahora que la memoria se
desliza hacia un mar sin retorno como si
todo en el vivir hubiese sido una ilusión?
¿Quién llamará en las noches a cobijarse
entre los brazos que se nos quedaron extendidos
hacia el paisaje del dolor que no cesa?
¿Cómo comenzaremos a vivir de nuevo
en el camino que quedó desierto de tus cantos?
En tí revivía en alborozo una historia que
nadie guardó y que quedó adherida a tus pupilas
de niña eternamente sorprendida mientras
contabas con tu mirada el precipicio
de un pasado que no recorriste
Tu voz aún resuena entre mis manos en la
bendición que concedías para que se apartaran
los males y sobreviviniera un tiempo
de confituras en la mesa servida de los viernes
para festejos que quedaron encendidos
en candelabros solitarios
Te rememoro desbordando sonrisas
ante un espejo sin imágen en el que
dibujábamos para tí el rubor que te
inventabas para ir a visitar las tardes
que se te colaban entre tus pestañas
como un beso de amor
Saboreo despacio los aromas tropicales
con los que aliñabas la harina para
amasar pasteles hechos de pájaros
airados en vuelo hacia el paladar de
los niños que atesorabas en tu regazo
Y me inclino hacia tu rostro ya en vuelo
hacia los tuyos para dejarte enhebrado
entre tus cabellos olorosos al pan de tu
vivir el leve rumor de un beso para
que se lo lleves en el soplo de tu
fragancia a la misma luna nueva que
menguó en un marzo para ir en busca
de su raiz de florerías y milongas
Sé que te llevas la oración que días tras
día te trenzaba la hija en la fragilidad de
tus suspiros y que en los aposentos donde
moraban tus silencios crecerá amorosa
la partitura de una sonata de miel
para una sara de ajonjolí en consagración
de la alegría que aún tendremos que construir
al acompañar a sara
este 01 de abril del 2011
cuando finalmente se fugó
de la palabra para ir a habitar
los cánones del silencio
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