domingo, agosto 14, 2011

MATEO MANAURE ENCANDILÓ LOS CIELOS DE CARABALLEDA


Foto tomada por Agustín Blanco Munoz
en Caraballeda el domingo 07 de agosto del 2011

El sol se ha empeñado en dibujarle paletas de colores al cielo. En estos días, tan oscuros de nuestro expaís, ofrece una sinfonía de tonalidades, un derroche de pasteles, un lienzo cambiante.

En sus horas recoge los sepias de Armando Reverón, los naranjas de Mateo Manaure, los violetas de Claude Monet, los azules de Joan Miró, y toda la gama de colores que anidan en las pupilas de los niños que sueñan.

Hace unos días nos sorprendió un amarillo tostado, como si Armando Reverón, desde sus talleres cósmicos, hubiese decidido armar un lienzo con la totalidad del cielo y desde allí perfilar sus lineas cromáticas.

Esta vez fueron los Suelos de mi Tierra de Mateo Manaure quienes hicieron aparición como una ofrenda gigantesca a estos tiempos de destrozos y tristezas. Como si de esa amalgama de sentimientos, pudieran brotar las semillas que requerimos para repoblar los suelos de este expaís con florerías.

Mateo Manaure / Serie Suelos de mi tierra

Y esto nos hace pensar que hay que mirar al cielo para leer en él los escritos inmemoriales que dan testimonio de nuestra estructura celeste, de la dimension de la ternura que albergamos, de la noción de raiz que abriga el planeta en su totalidad, de esa genética olvidada, preterida, que nos hace a todos hermanos. 


Y que hay que observar los suelos de esta tierra y de todos los territorios donde habita la esperanza de un hombre atormentado, fraccionado y subvertido en su capacidad de ser.  Allí en esa lectura profundamente amorosa que le da Mateo Manaure, que le pemitió derramar toda la gama de color en ese sueño de ver la tierra florecer en sus majestuosos primores.

Nada es casual ni por azar en el breve ciclo de la vida en el que nos toca estar presentes. Y estos cielos son escritura esencial para comprender quienes somos.

Ese gigantesco espejo que cada día nos deletrea la vida, hay que mirarlo, masticarlo con pasión, engullirlo con avidez, para que nos revele el entendimiento capaz de aprenhender lo sencillo por encima de la complejidad de todo lo intrascendente. La vida más allá de tanta muerte que se ha enseñoreado sobre estas tierras. La tarea de ser y hacer lo que somos sobre esta pesadilla en la que nos han convertido la existencia, en esta poca cosa en la que hemos devenido, plegados como estamos a cualquier vanidad, horror o desparpajo.

Que no sean los blancos y negros del Guernica de Picasso los que remonten nuestros cielos. Invoquemos ahora los girasoles de Van Gogh, los verdes de El Ávila de Manuél Cabré, los rostros de niños y los cellos de Rafael Franceschi, las líneas geométricas de Carlos Cruz Diez, las paletas de Joan Miró, y todos los que quieran añadir a una lista innumerables de creadores de sueños, y tal vez comencemos a irrigarnos de esas semillas, y comenzar a fundar un tiempo distinto.
mery sananes



7 comentarios:

mALVI mONZON dijo...

CREO QUE LA VIDA DE MATEO MANAURE FUE UN ARCOIRIS DE COLORES...

pankarta dijo...

MATEO MANAURE ENCANDILÓ LOS CIELOS DE MERY SANANES

Anónimo dijo...

Gracias desde lo mas profundo, GRACIAS. Esos grandes y cortos momentos nos dicen que vale la pena que sigamos buscando ser mejores todos los dias, para ayudar a que todos podamos disfrutar de esos regalos maravillosos. A lo mejor una tardecita aparece la luz de Magritte.
Cariños
MEGB

Anónimo dijo...

Creo que Mery y Agustín están encandilados por un rojo de Mateo y Caraballeda que apunta hacia el mayor de los regazos y que nada tiene que ver con unos rojos que ahora suscribe el pintos

Unknown dijo...

Lo que más me ha impresionado de este lienzo de Manaure, Mery, son las figuras espectrales que apenas emergen de las profundidades del color de la tierra mojada. La visión es en su conjunto, si me apuras, una metáfora del pais que emerge tras la devastación, tal y como -me parece- sugieres en tu escrito...Y si lo es de uno, lo es también de todos, incluso, uno a uno, de todos los seres humanos que buscar emerger de sus cenizas...

Anónimo dijo...

Los tonos de ese suelo fueron tomados del mismísimo cielo de nuestro litoral... Como allí asomas, Mery, es perentorio que el hombre se detenga a contemplar. Allí están, me parece las raices de una sanación...

Luis Alejandro Contreras

Anónimo dijo...

Querida Poeta, tus textos alimentan mi alma, cada día mas atormentada por el aquelarre político que nos rodea ¿ o asedia? Gracias, mil veces gracias.
Cariños.
Alfredo Coronil Hartman
PS. Por cierto "suelos de mi tierra" es una de mis etapas preferidas en la obra del muy querido Mateo.