martes, enero 15, 2013

EL TIEMPO DE LOS ABRAZOS







Y la alegría desató su desmesura
sobre la piel de los regocijos

Un ritmo acompasado tradujo
la liturgia de las células 
la conjunción de los elementos el 
anuncio de un intervalo
en ascenso hacia la risa

Se iniciaba tu travesía por los cauces
de un río que derramaba sus rumores
en racimos de adagios 
aromando de suspiros el albergue
de todo lo que brotaba
incesante desde la cima de un
dedal de ternura

Las estaciones dieron la medida
de tus pasos y del alegre ajetreo de tus
andanzas en un diluvio
de albaricoques y mandarinas

El verano y el otoño establecieron
la tesitura de los arpegios que como
sonajeros traspasaban los vasos 
hasta alcanzar la cima de tu danza

Te habías cobijado en los enseres
del amor y aguardabas impaciente
el tropel de tu fuga hacia los brazos
de la madre

Y fue en invierno que te deslizaste por
el anverso de los parpados para
ensayar tu canto en los territorios
del aire

Desde entonces quedaste adherido
a las peripecias del viento entramada
tu vida a la estructura de las hojas
a las alas de las mariposas
y a los círculos concéntricos del agua
que reinventan tus guijarros

Y los días se colmaron de tus encantamientos
del fragor amoroso de  tus preguntas
de la marejada de tus asombros sobre
los rieles de las noches

Naciste con una señal entre tus dedos
una clave en el mi mayor de los silencios
y un arete de lagrimas colgado del costillar
que da cuenta exacta de tu identidad

No hubo hora alguna que no supiéramos
de la talla de tus caminares del tamaño
de tus sueños o de la resonancia
de tus improvisaciones tendidas como
una ofrenda al tiempo de los abrazos

Hasta que un día expropiaron el cántaro
de tu risa y te encerraron en la estancia
gigante de los deseos de los otros
empeñados en trajearte de tristeza
y quebrar la lamina ósea que sostenía
tus vuelos y la coordenada de tus correrías

Y otro enero transcurre 
sin sorprender tu amanecer
con el revuelo de los pájaros rojos
y la algarabía de los
besos que cuentan tus años

Sin embargo no hay ausencia posible en
los escampados poblados de dulcerías
y seguimos celebrando la fiesta de la vida
en el recinto de tus ojos en la
enredadera de lirios que sembramos
a la orilla de tus latidos 
y en el cruce de tus pasos
en dirección a un tiempo 
sin despedidas


15 de enero del 2013
mery sananes


3 comentarios:

Anónimo dijo...

No es fácil describir los vuelos que pintan tus palabras será porque acogen todos los vuelos y los aromas en el camino de los sentimientos...Solo se que me encanta leerte y me llevas allí donde el silencio, solo el silencio, puede hablarte....Mi abrazo y mi cariño amiga.

Margarita Parada Palma

Anónimo dijo...

Que hermoso, Mery querida, recibe mi abrazo fraterno! Te quiero mucho! Irene Cecilia Trujillo

El Toro de Barro editorial dijo...

Leyendo este poema, no puedo dejar de acordarme de mi pequeño hijo, de ese "desmesura" de la alegría que, naciendo de su voz con escuetas y tímidas palabras, también baja corriente abajo con sus gestos limando las aristas de ese canto a medias de rodar que es mi corazón.