viernes, octubre 25, 2013

EN LA ESTACIÓN DE LOS MILAGROS





para
danielita
en sus octubres

De qué color amanecen
los ciruelos en los párpados
de salvador

Con qué fulgores se enciende
el fogón de estrellas
que julia convierte en el
recinto sagrado de los
granos de maíz

Quién le sembró el azúcar
al anon púrpura que nace
en el huerto de tus imaginerías

Qué quebrada te dio de beber
su ternura y el vuelo incesante
de tus manos sobre la resequedad
de los días

Quién tiñó de rojo el corazón
de las peonías que tus dedos
enhebran en diademas de rocío

En qué enero de luna llena
se fraguó tu conversión de arcilla
en arado de encantamientos
para que octubre te pariera hecha
de luz de cocuyos y cantos
de jilgueros

Sé que un día llegaste aromada
de pan de horno destilando
fragancias de soles verticales
y aguaceros de vendimia

Sé que cobijaste tu alegría
en estos tiempos devastados
para que nunca se apagara
la sonrisa de adentro que manaba
de los ojos de julia ni se secara el
manantial de cuenterías que salvador
alberga en las cuencas de sus andares
que ahora son purita lejanía en el
paisaje de arados de sus manos
jardineras y en el vaivén silencioso
de los hilos que lo mecen

Sé que nos trajiste en las faltriqueras
de tus sueños ofrendas de amor
y un recetario infinito de querencias
que repartes engolosinada a los niños
de la vida

Sé que tus caminerías conducen siempre
a primaveras inéditas y que jamás te
cansas de bordarle vías lácteas 
a las tardes tristes y a los hondos 
memoriales del dolor

Sé que estatuyes rituales silenciosos 
sin que nadie lo advierta y que tu risa
conserva el secreto sueñuelo del asombro

Sé que en tus ojos navegan veleritos
en los ríos del tiempo y que cuando
asciendes a las colinas los pájaros
reconocen tu paso  y dejan tu nombre
en el alero de sus nidos

Sé que eres albergue y recinto de todas
las orfandades y que sin embargo
sabes como nadie restañar heridas
y entregarte íntegra como las hojas
de otoño al acorazado deslumbrante
de las resurrecciones

Y para festejarte dejo a orillas de tus
madrugadas un amanecer de lirios
la explosion de una flor de baile
y extendido a la altura de tus respiraciones
un macetero de siemprevivas
entonando la canción del agua
que escriben las lágrimas en la
estación de los milagros

mery sananes
26 de octubre del 2013

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