jueves, octubre 06, 2016

MERY SANANES - POESÍA DE TRINCHERA








PALABRAS CONJUGADAS
POESÍA DE TRINCHERA
Pablo Mora

Ante la escalofriante letanía del dolor humano, la cósmica plegaria, la bienaventuranza nueva, la meditación en el desierto en busca de la tierra prometida, el ansia de la Paz, la solidaridad, el sueño, la utopía, la pazpoesía. Hasta que, afianzada en el asombro, al descubierto, a coro en el asombro, va captura que captura instantes, tristumbres, oquedades, lanzando pompas de jabón a los caminos, convencida de que el asombro es la mejor forma de lidiar la muerte.

Mientras el mundo se desvive entre galácticos presagios y alientos de hecatombes, Mery Sananes construye su propia trinchera, desde donde arremete, a diestra y siniestra, contra obnubilados y díscolos, con la más convincente de las armas, el verso, lanzándolos soberanos, musicales, contra la guerra, augurando a cada instante la paz sobre la tierra. Desde la lupa de sus sueños, en Palabras Conjugadas, su reciente poemario, va tejiendo las apabullantes calamidades inmersas en el malhadado estruendo cotidiano.

Asistimos, así, al más feliz, logrado contrapunteo entre “el país del alma” donde las vocales dictan su lección de amor frente a esta horripilante trashumancia del dolor humano. Delante del despliegue de la cotidiana interrogación sobre la anhelada sobrevivencia, discurre, soberana, la palabra ávida de un mejor amanecer a pesar del caos, el asco o el acoso que configura toda funesta desarmonía. Todo orquestado en una feliz travesía por entre las espeluznantes sombras cotidianas.

Partitura musical de la que somos y seremos siempre cuerda enamorada, temblando ante las minas empozadas, superpuestas al paso del corazón humano. Configurando todo su poético mensaje en un fascinante juego lingüístico evocador de la más genuina, sustantiva gramaticalidad, signada a las veces en el majestuoso arte del bordar.

La escenografía planteada, lustre da a la “Palabras Conjugadas”. Inmersa en el tren de la desolación, Mery Sananes nos deleita a plenitud al través de un verdadero, genuino Expediente o Juicio General en torno al despampanante descalabro de la vorágine que alrededoriza al hombre envuelto en los pavores de este tiempo sin nombre todavía, logrando, así, una extraordinaria radiografía del desgarramiento que cotidianamente nos acosa.

Por momentos reconocemos en su predicamento o mise-en-scéne una muy lograda secuencia de epígrafes en torno a las rosas y espinas en que deambula el hombre en estos presentes remezones al interior de una lúdica nervadura musical que como que tendiera a apaciguar un tanto la horripilante desgarradura que cotidianamente nos acecha, nos anula, martiriza. De rondón como que aparecen las figuras de un Ezra Pound, Gerbasi, León Felipe, Rafael Cadenas, Eugenio Montejo, entre otros.

Sea lo que sea una u otra evocación, hemos de dimensionar o reconocer el convincente Golpe al Silencio logrado por nuestra autora. El quejido transparente enraizado en el hormigón de nuestras construcciones, sueños y reclamos.

Definitivamente, nunca un Inventario Existencial estuvo mejor logrado, entre nosotros en tan breves 96 páginas.

Mujer de armas tomar no desaprovecha ninguna estrofa o instancia denotativa o connotativa, para presentarnos la mejor tessitura de un esplendente, casi siempre doloroso tejido/quejido que rinde cuenta de la funesta situación humana. Vivimos, compartimos en feliz conjugación el estremecimiento de la pública inconsciencia aherrojada.

Inmersos en esta Tierra de Expedientes, en Palabras Conjugadas Mery Sananes “se detiene para manifestar el deseo de tocar el lenguaje atrapado aún por sombras que alguna vez serán liberadas por los soles de una humanidad que pugna por alcanzar presencia en estos días tan llenos de maltratos, sequías y desesperanzas.”

Y como que si logra su propósito: “Alcanzar la ingeniería de una lengua conjugada en la octava clave de los misterios” Rescatar las huellas estampadas en los agujeros encriptados de la desesperanza hasta que alcancen el fuelle brioso de los algoritmos del existir.

Sobrada razón la de sus preguntas: “¿Habrá alguna vez un retorno/ de la conjugación de las palabras /que se vuelva pincel en la propia / escritura y relámpago de cosechas / en la terredad de los sueños?”

Y avanza en forma desgarradora: “Ante tanta desarmonía / ¿qué nos silencia hasta hacer de la / palabra una metáfora de la muerte?”

Siguen las afirmaciones de la tajante madurez: “Sé que el recinto del silencio / guarda las palabras que aún no se han dicho / y que es tiempo de organizar los / amaneceres para abrir las pupilas antes / de que el alba se haya ido”

El compromiso se asume así: “Hoy nos toca escribir el futuro desandar la / muerte y reinventar la historia que nos fue / consignada en el átomo cósmico de nuestro / nacimiento para ver si al fin algún día / en esta tierra de milagros y encantamientos / el hombre comienza a ser y a vivir”

La poeta advierte que en estos y otros tiempos el verbo prevaleciente que alcanza condición de gerundio es el “morir o matar, que sustituye el vivir.” ¿Cómo rescatar la vida y la palabra de ese hombre?

Larga vida a Palabras Conjugadas de Mery Sananes, un libro que pone a andar la Cátedra ‘Pío Tamayo’ a la hora, por cierto, de la celebración de sus 33 años de permanente acción. ¡Ad multos annos!





Mery Sananes
Palabras Conjugadas
ediciones cátedra pío tamayo
colección / recados del sol
caracas, junio 2016
portada y dibujos / antonio cabezas
montaje y diagramación / rodrigo gómez millán
editor responsable / danielita barrolleta
96 p.



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