jueves, diciembre 08, 2016

LOS RECINTOS DE LA TRISTEZA - A CAMILLE CLAUDEL



 
a camille claudel

Camille
tu rostro lo llevo
prendido de la retina
como la fotografía de un
legado que alguien registró
en la partitura de un sanatorio
sin que nadie comprendiera
que te habías ido en el grito
de tu ira y en el filamento
de una piedra que nunca
llegó a ser flauta



Tus dedos cincelando la piedra
le dan a los míos una orfandad
de movimiento
tus manos murmurándole
a la arcilla tus heridas de tierra
de guijarros estremecidos
le deja a las mías un cuenco
al que se le desliza el agua
como un hilo de penas
atravesando párpados
enceguecidos

Tu mirada Camille
es un violín desandando los
recintos de la tristeza
un acorde que en pleno
pizzicato se le quiebran las
cuerdas desnudando el
silencio como un fuelle roto



Tu encierro Camille le
tejió a las piedras una ausencia
de agua un vacío de paisajes
el destrozo del frenesí que
embriagaba la tempestad de
tus metales y la mansedumbre
de la tierra atribulada



Tu tiempo Camille se
inscribe como un calendario
en los días robados a la risa
en las horas que sólo retienen
el vacío de los arenales que
olvidaron el aroma de los
besos que la piedra entre
tus ansias trasmutó
en gaviotas enardecidas
y cantares eternos

mery sananes


Ciprian Porumbescu, compositor rumano, nació un 14 de octubre
de 1853 y treinta años después, en 1883, muere a causa de una tuberculosis.
Apenas vivió sobre esta tierra 30 años, los mismos que Camille estuvo
internada en un sanatorio.
Dejo al visitante hacer su reflexión.
Para mí esta balada, que apenas descubro, lleva en sus acordes
la levedad del tiempo de Ciprian y el atormentado silencio de Camille.
Ambos recintos de tristeza para acometer la tarea
de rehacer las cuerdas de los pizzicatos del mundo.
ms

22 de junio del 2012


2 comentarios:

Elizabeth dijo...

Preciosos poemas que nos acercan a la soledad y la angustia de esta extraordinaria escultora. Bello blog. Felicitaciones.

Lionel Yino S+anchez dijo...

2018

Comentario al poema “Los recintos de la tristeza” - poema que la poeta, Mery Senanes dedica a Camille Claudel.

“Los recintos de la tristeza” nos da lo visceral vivido por la gran mujermuchacha, Camille Claudel. Hay una doble herida en la tragedia de esta mujer y escultora. Lo personal y lo artístico se funden en un solo asunto: el pathos personal. Lo que sangra por dentro de ella, encuentra una veta en el arte, en su escultura tan personal, tan única en su grito de mujer y de escultora.

Todo lo que he dicho, está latente en “Los recintos de la tristeza.” Los versos se elevan como sarmientos con una sonoridad pasmosa y con la esencia que pide lo necesario trascendente. Poema que nos habla en un lenguaje de relámpagos, del rostro, las manos, los dedos, los gritos de ira, la soledad de un sanatorio, etc., es decir, los versos son como pedazos de un espejo, como los rajados tiestos de la vasija del alma de Camille Claudel misma.

La voz del poema nos lleva a la Ausencia que el artista lleva muy dentro, (sea éste poeta, poetisa, pintor, músico, escultora, etc.,. Ausencia que pide a la arcilla y al fuego creativo, esa dignidad que al parecer la existencia otorga o niega a cada ser.

Vale enfatizarlo, el ’pathos’ vivido por Camille Claudel está magistralmente tejido en lo visceral de este poema de Mery Sananes.
Muy a menudo el arte, ese regalo recibido de las estrellas, se nos vuelve la Jaula. Y al borde de los labios de este abismo personal, el fuego creativo, convertido en pájaro, se despedaza el pecho y las alas, canta y llora o cincela en el mármol, la madera o la piedra, algo muy bello y trágico vivido en el personal y anciano tiempo del Ayer…

La tragedia de Camille Claudel, es una zarza ardiente en “Los recintos de la tristeza” El poema se deshoja en versos pidiendo que ese barco sin timón, esa canoa sin remos, ese pájaro interior abra sus alas en cascadas de luz.

Los últimos versos, recogen y condensan la tragedia de mujer y artista, y las palabras parecieran ascuas de puntillas ardiendo no en un papel, o en una página digital de un facebook, sino en las entrañas mismas de esta inmortal escultora y mujermuchacha llamada Camille Claudel.

Los últimos versos de “Los recintos de la tristeza” nos dicen:
“Tu tiempo Camille se
inscribe como un calendario
en los días robados a la risa
en las horas que sólo retienen
el vacío de los arenales que
olvidaron el aroma de los
besos que la piedra entre
tus ansias trasmutó
en gaviotas enardecidas
y cantares eternos”