a la caza de cualquier ilusión para ir a verterla sobre algún mundo desconocido de esos que a uno le da por inventar para que los días se distingan más por su color por el olor determinado de alguna hierba abundante para ese instante que lo cubra todo Si uno anda así trastocando las más altas ilusiones conduciéndolas a una morada que está más acá de las colinas para depositarlos en el valle en el sitio exacto en el cual vivimos Si uno anda ya sin saber si andar erguido con la cabeza alta buscando los pájaros más diáfanos o si andar inclinados como siempre para cazar los agujeros más imperceptibles de cigarras que comienzan a levantarse para su canto Si uno no es más es este corazón mal puesto para ir a mostrarlo a quien no debe en el instante más definitivo de una revelación Si uno es esta sonrisa abierta inútil para andar mostrándole al mundo que no se es más que un niño hecho de inocencias para echarlo todo a perder Si uno es sólo esta tristeza de tantos colores de tantas vueltas que nada hacen girar Si uno no es más que este parque donde no hay niños ni estanques ni juegos ni aromas ni arena ni hierbas móviles Si uno es sólo esta cara de asombro para que todos las altivas esperanzas de nuestros días regresen desciendan a una morada impuesta por una tierra impura mediatizada absurda Si no somos más que esta manera de andar entregando sin mirar a dónde ni a quien sostenidos y elevados por una fe y una creencia más alta que cualquier compromiso evidente y necesario Si uno siente todo este golpe de tierra de sueño de magia no utilizada no conferida a ningún misterio que sacudiera algo alguna cosa algún ser más allá de toda su terrible individualidad de toda su tremenda especificidad para que un sitio exacto un lugar conocido no pesara más que toda la altura que el hombre es capaz de descender Si uno se ha vuelto para todos los rostros sólo este recuerdo triste esta memoria inútil este recuento para días largos de un porvenir tan incierto como toda memoria Si uno no puede
alargar el rostro para transformar un rostro ajeno hasta tal punto que alguien se encuentre más allá de sí mismo en sí mismo Aunque nos defina este tiempo de violencias más poderoso que todos los sueños dibujados en tardes de miércoles para que fueran una ofrenda rara nueva única distinta de flautas y oboes bajada de las colinas Si uno no es más que la palabra para que nadie entienda qué cosas decía para que realmente el hombre hiciera su propia vida Si uno anda siempre en medio de extremos para que un rostro sea amoroso sólo una que otra vez Si uno anda atado todavía a viejos ritos extremando estas penas de cuerdas de viola para conmover el mundo Si uno no es más que este arribo esta llegada nunca
la capacidad para el tránsito para alcanzar el solo alto sueño que corresponde a cada ser humano Si uno es esta arena seca donde no alcanza la sal de los mares la roca dura que no sirve ni para grabar una imagen una pena una alegría diminuta para decir aquí pasamos alguna vez estuvimos vivos más alla de la vida que nos asignó la indiferencia la incapacidad de los otros Si uno ya no podrá encontrar los signos extraños que otros dejaron para nosotros ni uno podrá hacer uso de esos ritos distintos alegres para subvertir una hoja la raíz de un árbol verde aún para preparar un incienso que cubra toda la entrega de que es capaz el ser humano Entonces habrá que buscar un nuevo lenguaje y un nuevo rostro y un modo distinto y habrá que descubrir un gesto de este tiempo y un modo de subvertir más allá de la palabra los ritos las hierbas y los signos hasta que toda la tierra sea canto de cuerdas enardecidas y no quede hombre alguno desprovisto del asombro que lo junta al otro en tiempo de la resurrección definitiva de la más pura y transparente esencia humana mery sananes Caracas 1967