Andante en travesía veloz por las esferas de un cosmos que aún no transita sus dentelladas de luz
Adagio apacentando sístoles en abigarrada tesitura
de intervalos sonoros
Contrapunteo de allegros en inusitada conjunción de paralelos que se nutren de un mismo panal para confluir en bajos continuos en la celebración de un doble solsticio en trompetas de amor
el sueño es un recinto de mágica alegría que se esparce hasta construir las vidas más altas y los por siempre de la misa en si y los cascanueces de risa y esperanza
Un verde puro ciñendo tu alrededor cinco gotas de rocío columpiándose bajo la noche cuajada de miríadas de estrellas allá en el cielo profundo y con la niña alba descender hasta un amanecer
sobre nidos de verde vuelo es la vida que quieres alumbrar
Arbola árbol en vasco canto de combate arbola de guernica antiguo roble de primavera eterna y eterno verdor árbol secular que derrama su sombra generosa sobre el pueblo de euzkadi árbol añoso en los diccionarios pero en la garganta de los bosques árbola es árbol de la vida árbol de ramas extendidas de alto copo que hace alianzas con el azul de raíces profundas que saben de honduras de maderas húmedas que no habrán de ser maderos árbola es el árbol que ven las pupilas de un niño y es el árbol que se recuesta en un verso para sembrarse en el alma recinto del que brotan arbolitas que van a pastar a los campos estrellados como encendidos candiles de la noche palabra que se mece en el interior de los suspiros y en cuyos ramajes se vuelve arbola cuando necesita reclinarse en un árbol compañero árbola a solas cuando entona su sinfonía de revuelos en las madrugadas arbolumbre en la gramática sideral del hombre que habla una lengua que descifra la circunferencia solar de las sombras hasta hacer reverdecer de pájaros el planeta para que al fin el hombre arbolado pueda recuperar su cósmica condición de astronauta en viaje al corazón de las pomarrosas
Joe hoy sigo detenido en aquel grito cuyo camino nunca alcancé a encontrar aunque preguntara por tu asombro a quienes andaban recorriendo los montes del arrullo de las flores que siempre te empeñaste en sembrar bajo la convicción de que nacerían y alumbrarían todos los pasos que conducen a los nidos construidos por las luciérnagas que imponen las risas de los niños a los aniquiladores de sueños y destinos
Y por eso precisamente hoy vuelvo a detenerme en el mismo punto donde dejé la palabra que comenzaba por pedirle a quienes estaban en el centro de tu creer y existir que me dijeran qué habían hecho con tu risa de arcángel mayor en permanente celebración de todas las resurrecciones de dalias de sol y amor que nacían en la propia siembra a que tenías acostumbrado a cada uno de los seguidores de tus huellas de papagayo y arco iris empeñado en llevarlos a los territorios del señor de todos los pastores de la consagración de la vida y a la negación de la injusticia que se afilia a todo despojo de los suspiros nacidos en el credo de la eternidad
Y por eso hermano sigo en la protesta que convierto en grito mayor para acercarme a la alegría de tenerte en cada uno de los amaneceres en los que el canto se vuelve sinfonía en re para ver crecer el ánimo que enfrenta la intención que mira hacia el olvido sin saber que perteneces a la propia luz de nuestras vidas
De allí el duro recuerdo de aquel momento de vernos a los ojos de las lágrimas arrimadas al escondite para que nadie leyera que aquel podía ser el instante supremo de una despedida que supimos traspasaría el mutismo de la sinfonía de los adioses para convertirse en el mayor silencio de gritos jamás escuchados
Seguí entonces en esta cuerda en la que el quererte desborda los acordes conocidos para prolongarse más allá de todas las muertes del no puede ser señor que nos golpees así y construir contigo el propio canto de los días llamados a anunciar la vida de la muerte que nunca permitirá tu lejanía
Joseph Power nació un 31 de mayo, el día en que las pupilas de Walt Whitman comenzaban a vislumbrar, por primera vez, el esplendor de las hojas de hierba. Y se nos fue un 16 de diciembre, tres años después de haber escrito este poema, entrecruzándose tal vez en el camino con el eterno nacimiento de Ludwig van Beethoven. Dos polos de una vida que a ambos contiene en su cortísimo tiempo de sembrador de alegrías.
Venía de tierras lejanas y vino a aposentarse en estos predios para dejar sus señas de inventor de ilusiones, de ingeniero de un tiempo y una morada que tuviera la extensión de su corazón de niño. Y en esa tarea no lo detuvo ni las balas, ni las carencias, ni las soledades de su infinita utopía de compartir su sonrisa en la mesa del hombre.
Un día le tocó marcharse en el cauce del mismo vendaval que lo había traído. Las aldabas de los otros cerraron las compuertas de su desatada entrega a la vida. Se fue sin herida alguna, porque no pertenece a esa estirpe de hombre, sino a quienes van recubiertos del tejido de una esperanza que no tiene límites ni medida.
Y fue a acampar, con su compañera y sus hijos, a Nicaragua, para continuar allí sus tareas de flor, su trabajo de artesano capaz de convertir el dolor y el desasosiego en campos de granos, en paisajes de frutos dúlcimos.
Y un 16 de diciembre, fecha en que la Ludwig van Beethoven irrumpía para desplegar las tempestades de su fantasía en los cerrados pentagramas de su tiempo, Joe iba en vertiginosa prisa hacia la desarmada arquitectura de un autobús sobrecargado de traslados y tristezas. Y a la vuelta de cualquier espiral, aquella desmadejada estructura dio un vuelco dejando su risa de niño inmóvil en su rostro y una despedida que aún no hemos atendido no atenderemos jamás. Era el año de 1985.
Se quedó en nosotros como una canción que siempre resuena, como parte integrante de nuestros vasos comunicantes, como una alada fortaleza que nos entrega cada día su sabor a salmo, su abrazo de gigante, su oceánica mirada que como un río inmenso navega hasta los confines de todos los amores que aún habrán de ser.
Era un niño que soñaba caballitos de ilusión que leía libros de cuyas hojas volaban rosas como pájaros amanecidos en las pupilas de sus manos
Era una niña que se alojaba silenciosa en los tejidos verticales de los lienzos para inventar los colores de una travesía que sólo habrá de comenzar cuando algún transeúnte se detenga alegre en el dintel de su sonrisa para convocarla al mediodía pastel de sus imaginerías mayores
mery sananesMaurice Ravel / Bolero
A Guadalupe la conocimos un día que hacíamos nuestras propias rutas a través de las redes, tal vez buscando el sueño de un niño o quizás a la caza del sonido de dos flautas encantadas. Y fue como asomarnos al mágico taller de un alfarero que con el color traza cuencos capaces de contener la tesitura de un rostro que se multiplica en el otro. Y nos dirigimos allá para buscar la tonalidad exacta de sus embusterías. Y le dijimos:
Ojalá este correo te alcance. Te conocí recorriendo las redes para encontrar una imagen que pudiera reflejar un texto sobre dos flautas. Así llegué a tu página, a tu obra, tus fotografías. Me tomé la libertad de colocar tu lienzo "El sueño de las flautas" en el blog que manejamos, con tus señas respectivas. Si tuvieras algún inconveniente déjamelo saber y la retiraré de inmediato.
Como podrás ver, es sólo una ventanita abierta al asombro, por la cual viajan cometas y navegan barquitos de papel, con la ilusión de enredarse en el amanecer de otros ojos.
Me gusta este oficio de juntar volantines, de que la palabra de pronto quede grabada en un lienzo o que del pincel salgan susurros capaces de componer el más hermoso de los poemas. Y que la música los junte, haga alianza con el corazón del hombre y deje salir su cauce sonoro.
Tarea difícil en medio de un mundo atravesado de fronteras, muros y cercas. Tal vez algún día no sea así. Y con esa esperanza seguiremos horadando en los tiempos de los otros.
Y Guadalupe nos contestó
Es hermoso comprobar cómo nuestras botellas con mensaje lanzadas a la deriva de mares inciertos arriban a desconocidas playas para Dios sabe por quien ser recogidas.
Por que ciertamente una pintura como un poema u otro texto ,o bien una composición musical no son nada mas que mensajes cargados con nuestros afectos ,sentimientos ,recuerdos ,anhelos que buscan quién los quiera interpretar.
En este caso el círculo se ha cerrado y eso me llena de alegría. Es un placer y a la vez un honor que mi botella con mensaje haya llegado tan lejos para ser utilizada tan bellamente.
Hermosas las palabras que al acompañan y qué decir de la composición del gran Bach que tantas veces me acompaña llenando el vacío de la soledad de mi taller mientras pinto. Porque estimada Mery mis pinturas han nacido rodeadas de música ,los clásicos muchas veces (Bach ,Mozart, Puccini ,Mehdelsoon, ...otras es música unida a bellas palabras (Silvio Rodríguez, Pedro Guerra, Aute,Drexler)...acompañando mis emociones o provocándolas.
He visitado vuestro blog disfrutando de cada ventana, de esas bellas palabras que inducen a la reflexión y del ambiente ensoñador que propician cada una las hermosas composiciones. Gracias por permitirme participar y sentirme parte de ese todo universal que nos une.
Y le respondimos
Gracias, Guadalupe, por tu hermosísima respuesta. Fue para mí una alegría encontrarte. Uno sabe de antemano que hay un lenguaje común, que se expresa de las más diversas formas, que está allí, a la espera de un enlace que lo extienda, lo continúe, lo corrija, lo nutra. Y cada vez que eso ocurre, uno tiene la sensación de que la esperanza recobra vuelo y espacio.
Se cierra un círculo que se va haciendo elipsis y de pronto se convierte en horizonte, en travesía, en periplo. Quién mejor que tú que trabajas con esos elementos para saberlo. Tus sueños de flauta resuenan en medio de cualquier silencio, porque tu mano tiene la fuerza y la ternura suficiente para que la música salga del lienzo hacia los sitios donde sólo reina el ruido.
Son extraordinarios tus trabajos. Tienen ese contraste vertical entre lo que expresan y el amor que los cobija para que vayan más allá de sus aleros a tocar ese territorio que a todos nos concierne.
La música, como bien lo dices, está allí siempre, con esa maravillosa ventaja de no haber tenido que pasar por el exilio a que fueron aventadas las lenguas, para que no nos entendiéramos unos con otros. La pintura, la imagen, el lienzo tienen esa misma dimensión de ser pupila y a la vez corazón.
La palabra debe hacer esfuerzos inmensos por alcanzar ese colorido y esa sonoridad y a la vez traducirse en el sueño del otro, que somos.
Gracias, Guadalupe, por este intercambio, por permitirme entrar a tu taller y, entre los acordes de la música, esparcir palabritas que tu magia convierte en óleos.
Su respuesta
Tirar de un hilo en esta red caótica tiene generalmente consecuencias imprevisibles, sorprendentes la mayor parte de las veces...y en mi experiencia, confortadoras finalmente porque suelen confirmarte lo que en el fondo de nuestra alma deseamos...que nuestro interlocutor sea un corazón amable y amigo.
Mi curiosidad me lleva a tirar constantemente de cabos que surgen de la maraña electrónica de este mundo no tan virtual como se dice...y naturalmente no podía dejar de tirar de éste que me ofreciste de modo tan inesperado para mí.
Te he leído ,no todo lo atentamente como hubiera deseado pues en mi búsqueda me sentía ansiosa de encontrar mas escritos ,mas noticias ,de perfilarte mas...y así he llegado a encontrar entre otros textos algunos poemas, que he leído con mas serenidad ya que disfruto con la poesía.
Tu cariño hacia la naturaleza, ese amor cósmico que se desprenden de los escritos, la esperanza en el futuro y la confianza en la vida sobre todo, me han llevado a sintonizar .He captado tu frecuencia...
Y por ello me he tomado al libertad de colocar uno en el apartado de poemas de mi web http://www.guadalupealonso.galeon.com/album1381495.html, como una muestra de afecto y en correspondencia hacia ti, este pequeño homenaje .
Síntesis
Si algún sentido tiene este espacio, este intercambio, es la posibilidad infinita de enlazar sueños comunes, tareas conjuntas, de intercambiar colores por palabras, acuarelas por versos, rostros por las huellas que van dejando sobre el paisaje.
Urdimbre que se extiende y esparce para que cada quien tome un hilo diminuto y lo convierta en papagayo, en coral o en enjambre de mariposas en tareas de migración. Cada especie con su labor de continuidad.
Y el hombre ¿no habrá acaso de cumplir con su humana condición de recolector de las señales más hermosas de la vida?
Algún día el vuelo del hombre será como el de los pájaros, anónimo, colectivo, inmenso, y sin embargo, único como sólo el corazón de un niño puede dibujarlo en la eternidad de los cosmos que se anidan en sus ojos.
Cada uno trenza la alada circunferencia de un horizonte en espiral para ascender en descenso vertiginoso hacia la línea sobresaltada de un corazón acompasado de arpegios en desesperada fuga hacia la sonoridad
Uno a uno van abriendo espacios entre engranajes celulares como si el árbol de la vida fuese un asombroso juego de moléculas que se entretejen disgregan extienden y multiplican para crear un tiempo único e irrepetible en el interior de un dedal acuático y amoroso que se nutre de oleajes asimétricos y vendavales en flor
Y ahora recostados en el arpegio de las cuerdas que juegan a robarle la clave de sol a los maderos ennochecidos de suspiros vuelven los violetas a posarse en el aleteo incesante de los nacientes para inundar los mares con una algarabía de allegros en bajeles de octubre
Y se abrieron antes de tiempo los párpados que agigantaban el asombro y el corazón de los helechos hizo de los latidos un tronar de cuerdas en tiempo de adagio
Ese embustero mayor, que se llama Armando Quintero, cuenta cuentos e inventor de los espacios de la vaca azul, ha ganado un nuevo premio, otorgado en esta oportunidad por la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay. Se trata del Primer Premio Anual de Literatura, otorgado bajo el rubro de Literatura para Niños, por su obra:
UN LUGAR EN EL BOSQUE Desde estas Embusterías, que son como su casa, celebramos y festejamos este premio, en lo fundamental, porque es un reconocimiento a este poeta, pintor, profesor de literatura, cuenta-cuentos y fervoroso enamorado de los niños. Pero también porque esta distinción con seguridad contribuirá a que sus cuenterías, sus amorosos embustes, puedan salir del bosque, desplegados en el viento, para alcanzar más rostros de niños y sembrar en ellos la ternura, la curiosidad, el asombro, la risa.
Su trabajo es el esfuerzo disciplinado, riguroso, constante y apasionado por hacer de la palabra el hilo de un cometa, de las memorias de los abuelos un expediente a lo maravilloso, de la danza que su figura ejecuta a orillas de las pupilas de los niños, un camino de música hacia el corazón del planeta.
AUSENTE, HOY Desde este pupitre doble con un tintero al centro,
Graduado en Uruguay y con estudios - entre otros - en el postgrado de Literatura Venezolana en la U.C.V. y especializaciones en Narración Oral y Teatro en el Celcit y otras instituciones, es el Director Fundador de Los Cuentos de la Vaca Azul y Narracuentos UCAB, agrupaciones dedicadas al maravilloso arte de narrar cuentos.
Docente en la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas desde 1989, ha obtenido numerosos reconocimientos nacionales e internacionales por sus aportes a la educación con la Narración Oral.
Ha participado en numerosos festivales de teatro y narración oral en varios países de Latinoamérica (Argentina, Colombia, Cuba, España, México, Uruguay y Venezuela) Así mismo, ha dictado talleres, ponencias y seminarios en esos mismos eventos o en diversas instituciones culturales o universitarias como docente invitado.
Como ilustrador, ha expuesto en muestras individuales y colectivas, ha realizado portadas de libros para algunas editoriales y colaborado en revistas y períódicos de nuestro país (Diario de Caracas, Últimas Noticias, El Nacional)
Ha publicado "Los Cuentos de la Vaca Azul", "Un lugar en el bosque", "Cuentos de Ogro a Princesa" y "Un pupitre doble con un tintero al centro", entre otros.
sospeso nell’universo vago tra gocce di rugiada che infrangono il silenzio bisbigliando tra loro … parole sconosciute nelle magia del tramonto un gabbiano sogna …la sua solitudine
Entonces fuiste navegante con la furia de la risa que despliegan los azabaches en las luciérnagas de las mañanas de lunas cuando se encaminan al respiro de la construcción de otros diluvios para los amaneceres de enamoradas
Venías del país del asombro amanecido de estrellas y celajes de un noviembre inmemorial emergías de un paisaje de arbolas del cual emigran adagios de pájaros que aún no ha nacido y arribaste a la estación de los días entrelazadas tus manos a un enjambre de escarabajos de fuego
Desde entonces escudriñas la transparencia del agua el peso exacto de las burbujas la trascendencia de las hojas que maduran en los espacios vesperales de la esperanza buscando con persistencia mineral la estructura molecular del futuro
Y hoy ya alcanzas la estatura abismal de las gotas que rocío que se abastecen de las hierbas para ascender ilesas hasta el talud del universo
En tus pupilas navegan las bienhechurías de antiguas confituras destiladas en las risas que construyen tus imaginerías y en tus palabras el amor hace circunvalación en los solares de los hijos que vendrán
Apenas es el inicio de la celebración te aguardan tumultos de diapasones en arrebolada confiscación de la música que nació en la danza tempestuosa de tus ramas anunciando la conflagración de egmont que beethoven bordó entre tus dedos para que ellos recorrieran la piedad del mundo en clave infinita de allegros por siempre y para siempre amén06 de noviembre del 2006
“¿El sacrificio valoró la pena para ritual de cantos? No sé. Estoy hecho para las noches, para la soledad de mis cosas y para seguir rompiendo mi nuevo ritual descendiendo en el calendario oficial de mis trampas. ¿Habrá cálculos en los 20 años fabricando mis ritos con sus nombres no llamados? Posiblemente: cuatro ritos mágicos están amarrados a la furia y a un sueño ligado a mis palabras como santuarios. Toda palabra tiene la muerte en la vida, toda fuga y contrafuga esconde la historia. En mis palabras está zozobrando la vida.”
Y allí comenzaron a desenvolver solemnes la madeja de la vida como si de un telar pudiera nacer multiplicada la risa en el paladar de campánulas encantadas
En ocasión de celebrarse los 80 años del andar de Mateo Manaure, por los colores del mundo, la Cátedra Pío Tamayo le hará entrega de la más alta distinción que esta escuela de idealidad avanzada y de sabiduría popular otorga a quienes, dejan huella de porvenir en estos tiempos sombríos. Se le designa:
MAESTRO FLORICULTOR
Invitamos a la comunidad universitaria, al público en general, a los amigos de Mateo a acompañarnos en este encuentro con uno de los grandes creadores de este país, y en particular con quien diera luz, espacio y belleza a este recinto universitario.
LUNES, 23 DE OCTUBRE DEL 2006 / SALA “E” / 6 pm FRENTE A LA BIBLIOTECA CENTRAL
Cuando el púrpura incendia la noche la palabra se vuelve pisada de transeúnte con cara de niño y esperanza de amor el violín de la primavera de antonio vivaldi va entonces más allá de todo despertar
Al fin llegó el día del pasado esperado cuando nos salió en la cara el camino de los ripios desesperados que nunca imaginamos aún a la hora de la flauta de semillas y magia de wolfgang amadeus
El 02 de octubre del 2005 Clementina se sembró para siempre en los predios de su antigua hacienda de El Callao. Al cumplirse un año de una ausencia que siempre estará habitada por la ternura que derramó sobre quienes la conocimos, recogemos las palabras que le escribimos cuando bautizamos en El Tocuyo, su libro, sus embusterías mayores, en marzo de 1998. Entonces coincidió el encuentro de Clementina con su hermano Pío Tamayo, en la fecha del centenario de su nacimiento. Siete años después Clementina se volvió a juntar al hermano, esta vez en vísperas de los 70 años de su partida, para cumplir al fin con su pedido de llevarle su sonrisa dulce, su mirada buena, su candor de azucena, para acompañarlo hasta el día en que ambos regresen, a son de tamunangue, a ver florecer en estas tierras tiempos de alegría y porvenir.
Hace muchas estaciones, cuando lo vigilaba la muerte carcelera y el bacilo de Koch lo agitaba y reclamaba, Pío le escribió: espero verte otra vez aquí, junto a mí, con tu sonrisa dulce y tu mirada buena, donde tu alma florece su candor de azucena. Y se cumplió su deseo. Hoy cuando Pío cumple sus cien años, cuando lo vemos regresar con su equipaje de estrellas y sus alforjas llenas de versos y revoluciones inéditas, es usted, mi dulce Clementina, quien lo recibe alegre y jubilosa, para celebrar la fiesta de su renacer. Le dijimos a Pío, para que apresurara su paso, que usted le traía un obsequio muy especial, un regalo hecho con las hebras de su corazón y con la infinita ternura de sus abrazos. Una ofrenda para su residencia sideral, su constelación de sueños, su territorio de soles.
No quisimos adelantarle más, para que no descubriera antes de tiempo, la dimensión exacta de la sorpresa que le aguardaba, venida de sus manos, olorosa aún a tinajero. Por eso, Clementina, hemos traído, para que usted se lo entregue a Pío, como regalo de cumpleaños, y con él, a este pueblo que los vio nacer, ese manojo de memorias que atesoró su infancia, escritas con palabras dulces y amorosa reverencia hacia todo lo que brotó del espacio mágico de los afectos y de las brasas del fogón esparcidor de confiterías.
No hay fecha ni fiesta más propicia que ésta, Clementina, para bautizar sus Recuerdos de mi infancia en la hacienda El Callao. En este atardecer de cumpleamores, al fin le cumplimos la promesa de juntarnos a su nostalgia, para asomarnos a través de su memoria, a los solares por donde cabalga la infancia como un tesoro de nunca acabar. Así, las hojas sueltas de su recorrido, por las caricias de un tiempo único e irrepetible, podrán tomar, junto a Pío, el cauce de los papagayos para llevárselas a la madre, que ahora trabaja incesantemente en la casa grande de las nubes, haciendo orfebrerías de luceros. A Mamá Josefa, para que pinte de durazno sus sonrojos. Y a los hermanos, que han fundado hacienda y solar en los cañamelares que nacen de los rayos de la luna.
Sabemos que habrá un revuelo de trinos, en carrera de relevo, llevando las buenas nuevas a los suyos, para asomarse a través de sus ojos amorosos, otra vez a los cuentos de Carmelita, al rumor del agua de los bucos, al sabor de los cotoperíes, al taturito de melao, al tinajero, y a las gotas de agua, desgajándose como gemas sobre hojas y flores, sobre un fondo verde oscuro y bajo un cielo de un azul transparente. Y estamos seguros, Clementina, que hoy como nunca, Pío sentirá el abrazo cálido de los suyos, para renacer una y otra vez, a continuar sus andanzas aventureras, su itinerario floricultor, su compromiso militante con la justicia, la belleza y el amor.
Un concierto que termina sin nunca concluir una lágrima sobre la nota de un teclado moribundo que vibra en la enumeración del canon de una música perenne que puso a andar por la vida un hombre acompasado de
Entre los niños y los abuelos siempre se produce una maravillosa complicidad. Los primeros estan hechos de purita poesia. Son capaces de mirarlo todo como si fuera un espejo de su propio asombro.
Por eso cuando una abuela les dice: “los arboles extienden sus brazos a la tierra”, los niños salen corriendo a comerse a sorbos los caminos de seda de las arañas, los rayos de cristal limpio del aire y el canto del manantial entre las hierbas. Entre ambos, la poesia, que es la esencia mayor del hombre, retoma sus predios de gran oficiante del vivir.
Estas embusterias tratan precisamente de ese mundo resplandeciente que en las pupilas de los niños hace travesia hacia el futuro. Por ello, saludamos hoy a Karina Sacerdote, poeta, directora de la Revista Axolotl y enamorada residente del azul, y la sembramos aqui en su homenaje a Federico Garcia Lorca, venido del cuento de una abuela que se nutria de la poesia para devolverla al viento hecha golosina.
ms
MI ABUELA, EL LIBRO Y EL POETA
Pero, ¿qué voy a decir yo de la Poesía? ¿Qué voy a decir de esas nubes, de ese cielo?
Mirar, mirar, mirarlas y nada más. F. G. L
Tendría seis años cuando mi abuela me dijo: Voy a contarte un cuento. Recuerdo que estábamos en la cocina, sentadas a la mesa. Ella tomaba mates y yo quizás jugaba con la taza de leche caliente, como siempre. Me dijo: Hay dulzura infantil / en la mañana quieta. / Los árboles extiendes / sus brazos a la tierra... Solté la cucharita, puse los codos sobre la mesa, apoyé la pera sobre mis manos. Mi abuela sonrió: Un vaho tembloroso / cubre las sementeras, / y las arañas tienden / sus caminos de seda... / rayas de cristal limpio / del aire... Suspiré y me acomodé mejor en la silla. En la alameda / un manantial recita / su canto entre las hierbas. / y el caracol, pacífico / burgués de la vereda, / ignorado y humilde, / el paisaje contempla...
Y con la música en las palabras de mi abuela, los ruidos de la calle se escondieron.
(...) Por el aire dulzón ha cruzado una abeja. La hormiga, agonizando, huele la tarde inmensa, y dice: "Es la que viene a llevarme a una estrella". (...)
Mi propio corazón acompañaba ese canto y la vida de esas palabras trajo a mí, por primera vez, la conciencia de la muerte.
(...) Todo estaba brumoso de sol débil y niebla. Campanarios lejanos llaman gente a la iglesia, y el caracol, pacífico burgués de la vereda, aturdido e inquieto,el paisaje contempla.
(Los encuentros de un caracol aventurero, Granada 1918)
El silencio permaneció unos instantes después del poema. Y aun cuando lo cotidiano y los ruidos regresaron, el andar del caracol hacia lo eterno permaneció dentro de mí. Permanece. Tenía seis años y le rogué a mi abuela que me leyera más de ese libro que tenía en sus manos: Poesías completas de Federico García Lorca.
La obra de Lorca es un viaje hacia la naturaleza, el amor, la muerte. Un recorrido por los miedos, los símbolos y los dolores humanos. Nadie como él ha logrado el contacto entre el hombre y su existencia, ningún otro poeta ha influido tanto en las generaciones siguientes. La pasión sexual se entrelaza con la muerte, se desencadenan lo trágico y lo violento: es el intenso sentido de la vida
Su poesía es cambiante pero indiscutiblemente cabal. “Quemaré el Partenón por la noche para empezar a levantarlo por la mañana y no terminarlo nunca” escribió Lorca al poeta Gerardo Diego en el texto Poética de su primer libro “Libro de poemas” (1921). Y es verdad, toda su obra nace y muere en constante crecimiento. Capta y manifiesta lo popular sin alejarse de la tradición ni dejar de incurrir en las vanguardias aunque nunca se calificara a sí mismo como vanguardista. Acopla los elementos tradicionales con su propia imaginación. Y de esta fusión de ideas y formas clásicas y nuevas, obtiene imágenes únicas.
Vivamos bajo el gran espejo. ¡El hombre es azul! ¡Hosanna!
(Suites, Suite de los espejos)
Su adhesión al surrealismo otorgó a su poesía un mayor peso onírico. Un lenguaje brutal y extraño que le permitió sondear aún más los temas que desde siempre le preocuparon. Su obra más representativa en este momento de su poética es Poeta en Nueva York (1929-1930).
Pero no son los muertos los que bailan, estoy seguro. Los muertos están embebidos, devorando sus propias manos. Son los otros los que bailan con el mascarón y su vihuela; son los otros, los borrachos de plata, los hombres fríos, los que crecen en el cruce de los muslos y las llamas duras, los que buscan la lombriz en el paisaje de las escaleras, los que beben en el banco lágrimas de niña muerta o los que comen por las esquinas diminutas pirámides del alba. (Poeta en Nueva York – La danza de la muerte)
Lorca siempre tomó la realidad como punto de partida para luego transformarla. Los símbolos son una marca en su universo místico que permite al lector una libre interpretación y que enriquece al poema. Estos signos se repiten insistentemente en toda su obra. Como por ejemplo la luna, que sintetiza los principales planos en que se impulsa la poesía lorquiana: por un lado la sensualidad y la vida, por el otro, el dolor y la muerte.
La luna de pergamino Preciosa tocando viene. Al verla se ha levantado el viento , que nunca duerme. San Cristobalón desnudo, lleno de lenguas celestes, mira a la niña tocando su dulce gaita ausente. (Romancero gitano, 1924-1927. Preciosa y el aire)
La luna pudo detenerse al fin por la cueva blanquísima de los caballos. Un rayo de luz violenta que se escapaba de la herida proyectó en el cielo el instante de la circuncisión de un niño muerto. (Poeta en Nueva York – Crucifixión 1929)
Y así, entre cicatrices y vértigos, su poesía y su vida se mantienen vigentes a través de los años. Abrazado a su musa aquél 19 de agosto de 1936, el poeta, nunca quedó sepultado ni su obra eclipsada.
Mientras mi abuela me leía los versos de Lorca, sus canciones de luna, sus espejos y elegías se me mostraban en música. En melodía viva y brutal y suave y dulce y sangrienta.
Esos versos continúan conmoviéndome. Seguí siempre leyéndolos, recordándolos en soledad. En ellos la voz de mi abuela canta, partes de mi infancia continúan.
En este libro que aún conservo, están las huellas de mi sangre. Fue la llave que ella me dio. Lorca con sus versos fue una nueva puerta. Yo, humildemente, me interné en la Poesía. Pero, ¿Qué voy a decir yo de la Poesía? ¿Qué voy a decir de esas nubes, de ese cielo? karinasacerdote@revistaaxolotl.com.ar
y el rayo verde del atardecer que te nutres de nubes con ojos ensoñados
asombro para el hombre y maravilla de tus hermanos
vela con nosotros en la noche blanca del poeta
Terenzio Formenti
Terenzio Formenti es un hermoso personaje, tal vez nacido del sueño de un niño. Cada dia reparte una gota de rocio y como golondrina la echa a volar para que alcance la dimension de los arcoiris. Cree en el hombre y su magia, cree en la alquimia de la palabra. Cree en la poesia como un don que solo hace falta convocar para que salga rauda a desplegar sus alas y esta seriamente convencido de que hace falta mucha poesia para componer este mundo entristecido
Hoy, junto a sus gotas, me envio esta embusteria escrita para el 16 de septiembre, en la "noche blanca de los poetas".
Y desde esta estafeta la entregamos de nuevo a su cauce de agua.
En estos tiempos tomados por la guerra, la muerte, la devastacion, toda risa que se acalla es un golpe de ataud en tierra, un dolor mil veces dolor, que toca a las puertas del corazon del hombre, para que reaccione, para que despierte, para que se levante a reinventar la vida que nos ha sido arrebatada.
Y en medio de esto, cuando se silencia el canto de un hombre que ama los animales, que se mueve entre ellos como si vistiera su mismo traje, que se detiene largamente a comprender la misteriosa armonia de su milenario quehacer, se apaga una diminuta esperanza y las serpientes y los cocodrilos, y aun las rayas, sienten como si un amigo se hubiera marchado.
Ojala que lejos de esto, su corazon atrapado por la aguja filosa de una manta raya, se haya convertido en pez o en coral, en liquen o en marea, en el trayecto de otra aventura suya por descifrar el abecedario exacto de los oceanos.
A Steve Irwin, ese cazador de cocodrilos, vaya hoy esta embusteria.
Una ráfaga en el nido del corazón un sonido en choque de aspas y vientos mientras la intención duerme en el desconcierto de las inundaciones cuando ya todo está inscrito en el siempre de las municiones del cielo a las que górecki canta en medio de un tropel de inocencias en plena floración porque se cerraron los ojos de steve irwin cuando los cocodrilos no asistieron a ese instante en que la raya se quedó impasible ante tanto y tanto corazón en sangre con sístoles y diástoles entregados a los cantabiles de las despedidas de los mares sembrados en las lágrimas mayores de la existencia de las aguas de todas las tempestades de los hombres que cosechan amor aún y en medio de la tristeza de los lechos de la tranquilísima y profunda tierra de resguardos y aventuras que nacen en cada uno de los pedacitos de los encuentros de todas las quebradas de las dulces y florecidas esperanzas
Escogiste una luna de agosto para irrumpir con tu risa clara en la magica estructura de la vida que se teje silenciosamente en el interior de todos los misterios y ya en ese celaje de suspiro que se abre paso hacia sus paisajes de agua esta el diseño total de tus respiraciones en clave de fagot y clarinete
Desde el estruendo de su risa
cuando lo sorprende la ingenieria
solar de sus juegos
emigran cada día
pájaros de vuelo largo
que convierten el camino
de sus huellas en residencia
mayor de cuenterías
Desde el paisaje de sus lágrimas
cuando algo lo acongoja
nacen ríos diminutos
de jazmines que aroman
el corazón de la tierra
con su desatada nostalgia
de titiritero de amor
Desde el tiempo agigantado de sus pupilas
cuando el movimiento de una hoja
hacia el otoño atrapa su asombro
nace la melancolía como
un adagio en clave de lunas
Desde la hondura de las imaginerías
que brotan de su sueño
cuando hace travesía por los alfiles
de la vida un porvenir de decisiones
en cascada de calendarios
se conjuga en presente sin subjuntivos
ni gerundios
A la final
sus abracitos de hierbabuena y papagayos
reparten gajitos de ilusión como
si fuera un polen adherido a las paredes
azules del planeta
Unas pupilas como banderillas de mar herido un papagayo desnudo en tu pensante manera de cosechar amores una búsqueda agónica por lanzarte al ruedo del oficio del vivir que concluye en esa muerte de carmen y pasión que todavía hace sonar bizet en el adentro de los estremecimientos
En el corredor de tus pupilas
racimos de versos
se desgajan de las arbolas
sembrando de pastos el cielo
y una estampida nocturna
de palabras dibuja pájaros
con sabor a estrellas