En la casa en la que vivo
habitan pájaros a los que le han
nacido flores en la curvatura
mineral de sus plumajes
en la que vuelan las hormigas
en el acompasado vaivén
de sus caminitos de pan
y las chicharras van de regreso
a los agujeros de tierra
para ir a bordarle una canción
a las raíces de los árboles
En su interior los niños
dialogan con las mariposas
y descifran el abecedario de las
circunferencias solares
que se cuela por las ventanas
de los azahares
Los retoños crecen en los dinteles
y hay un arpegio de nubes
que se aposenta cada tarde
sobre los fogones
Cada día nacen elefantes de magia
en los colores de un viento
que se envuelve en las campanas
de los ojos que se recuestan
en la corteza húmeda
en busca de la verde savia
que les devuelva la mirada
Hay en ella un canto que se enciende
en cada una de las piedras
de los amaneceres
y no se apaga hasta
que el último resquicio cóncavo
de sus paredes queda cubierto de alitas
que se duermen en la enredadera
de sus cunas
En el vértice central de su equilibrio
una fuente juega a ser lluvía
y río y estación mayor
de mares lejanos
de donde vuelan peces que hablan
el lenguage de los saltamontes
mientras reparten suspiritos de agua
a las macetas de astromelias
de los fuegos de los días que nunca
tendrán que terminar
En la casa donde vivo
una tolvanera de polvo cósmico
se llevó un día de cuajo
todas las puertas y ahora
por esos inmensos boquetes de luz
salen racimos de cometas
olorosos a jazmines
empeñados en escribir en el
rostro de los hombres
una inconclusa carta de amor
Está construida con hilos de lumbre
con ansias de convertirse
en huerto de pomarrosas
sin advertir que en su regazo
la refracción de la luz
le dibuja arcoiris a los acantilados
de la noche
Su techo esterado de estrellas
abastece de combustible
al hombre que resplandece cuando
se ve en el espejo de las pupilas
de los niños que moran en la hierba
Se dice de ella
y así yo lo confirmo
que un día floreció de improviso
en el andén de una primavera móvil
que se detuvo de pronto
en el país del alma
donde los hacedores de milagros
conjugan en gerundio sus rituales de amor
para que en sus espacios corra libre
la existencia que ya no cabe en este planeta
y para que los hombres del mañana
encuentren en sus rendijas
los pájaros en risas
que habrán de reinventar la vida
que no nos pertenece
habitan pájaros a los que le han
nacido flores en la curvatura
mineral de sus plumajes
en la que vuelan las hormigas
en el acompasado vaivén
de sus caminitos de pan
y las chicharras van de regreso
a los agujeros de tierra
para ir a bordarle una canción
a las raíces de los árboles
En su interior los niños
dialogan con las mariposas
y descifran el abecedario de las
circunferencias solares
que se cuela por las ventanas
de los azahares
Los retoños crecen en los dinteles
y hay un arpegio de nubes
que se aposenta cada tarde
sobre los fogones
Cada día nacen elefantes de magia
en los colores de un viento
que se envuelve en las campanas
de los ojos que se recuestan
en la corteza húmeda
en busca de la verde savia
que les devuelva la mirada
Hay en ella un canto que se enciende
en cada una de las piedras
de los amaneceres
y no se apaga hasta
que el último resquicio cóncavo
de sus paredes queda cubierto de alitas
que se duermen en la enredadera
de sus cunas
En el vértice central de su equilibrio
una fuente juega a ser lluvía
y río y estación mayor
de mares lejanos
de donde vuelan peces que hablan
el lenguage de los saltamontes
mientras reparten suspiritos de agua
a las macetas de astromelias
de los fuegos de los días que nunca
tendrán que terminar
En la casa donde vivo
una tolvanera de polvo cósmico
se llevó un día de cuajo
todas las puertas y ahora
por esos inmensos boquetes de luz
salen racimos de cometas
olorosos a jazmines
empeñados en escribir en el
rostro de los hombres
una inconclusa carta de amor
Está construida con hilos de lumbre
con ansias de convertirse
en huerto de pomarrosas
sin advertir que en su regazo
la refracción de la luz
le dibuja arcoiris a los acantilados
de la noche
Su techo esterado de estrellas
abastece de combustible
al hombre que resplandece cuando
se ve en el espejo de las pupilas
de los niños que moran en la hierba
Se dice de ella
y así yo lo confirmo
que un día floreció de improviso
en el andén de una primavera móvil
que se detuvo de pronto
en el país del alma
donde los hacedores de milagros
conjugan en gerundio sus rituales de amor
para que en sus espacios corra libre
la existencia que ya no cabe en este planeta
y para que los hombres del mañana
encuentren en sus rendijas
los pájaros en risas
que habrán de reinventar la vida
que no nos pertenece
foto y texto / ms
de El Libro del Hombre (inédito)
2008
Este poema tiene un alma dulce 🍭 por esos acontecimientos que te elevan el alma con esa música 🎵 de palabras.
ResponderBorrarHermosas tus palabras, Margot. Gracias
ResponderBorrarMery, cómo decirte que en este poema se me han mezclado todas las sensaciones posibles desde la ternura y el afecto hasta la solidaridad y la esperanza. Yo sé que tu casa debe flotar en una niebla mágica de poesía y añoranzas y que el material que has usado en su edificación es el más auténtico amor a la humanidad. Te quiero, mi increíble poeta.
ResponderBorrarY yo te quiero a ti, Navil. Ese tu corazón largamente vulnerado sé bien que habita en esa misma casa.
ResponderBorrarGracias Mery por
ResponderBorrarregalarnos la magia
de tus palabras...fascinante!
Hermoso texto
ResponderBorrarBellísimo Mery, tienes una sensibilidad desbordante. Bravo!
ResponderBorrarQué belleza de poema
ResponderBorrarBrota cada verso como un cántaro de amor y esperanza.
Un placer leerte Mery...Te dejo mi Abrazo entrañable. Gracias!
Me parece hermoso Mery, no te he dicho que aquí abundan los colibrí y nuestra casa se llama CASA COLIBRÍ ¿coincidencia?
ResponderBorrarTiene este poema todo un universo de paz que ilumina lo mejor que se halla en el ser humano. Y no sin motivo y por esa bondad desbordante pensé en el amigo...un gran abrazo por ese rincón tan abierto como deslumbrante.
ResponderBorrarBello, sublime!
ResponderBorrarMery de mi corazón... precioso, como todo lo que escribes. Te quiero y admiro profundamente.
ResponderBorrar
ResponderBorrarBellísimo Mery, tienes una sensibilidad desbordante. Bravo!
Mery Sananes Salud!!
ResponderBorrarPalabras
Poeta!!
Palabras.
Gracias.
Que belleza de poema!
ResponderBorrarBrota cada verso como un cántaro de amor y esperanza.
Un placer leerte Mery...Te dejo mi Abrazo entrañable. Gracias!
Me parece hermoso Mery, no te he dicho que aquí abundan los colibrí y nuestra casa se llama CASA COLIBRÍ ¿coincidencia?
ResponderBorrarTiene este poema todo un universo de paz que ilumina lo mejor que se halla en el ser humano. Y no sin motivo y por esa bondad desbordante pensé en el amigo...un gran abrazo por ese rincón tan abierto como deslumbrante.
ResponderBorrar