
Dime mi niño de pan y conservita
mi sonrisa viajera pedacito de sol que 
irrumpes en los amaneceres con un estallido 
de suspiritos de agua que luego se vuelve 
tropel de risas y cantos mientras deletreas 
la dimensión de tus sueños y la envergadura 
de los aposentos que te contienen dime 
qué ajena algarabía socavó tus buenos días
Dime hijitivitivo de la vida
qué vino a profanar los hilos mágicos
de tu garganta acostumbrada a estallar
  en rituales de sinfonías acuáticas
y lecciones de libros que aún descubres
Qué agredió la pausa de tus silencios
sobre almohadas bordadas de azahares
qué sobrevino que tus rizos se empaparon
del raudal de lágrimas que brotaron
del vértigo de tus asombros
Qué ocurrió que tuvimos que desprendernos 
de tus manitas asustadas para entregarte
desolados a los ejecutores de una ciencia
que no se conoce siquiera a sí misma
que aún aborda trasgrede violenta
para conectarse a los cauces 
que transfiguran tus latidos
Cuánto murmullo desconsolado
tuvimos que escuchar antes de abrigarte
de nuevo entre los brazos y llenar de
besos tus sobresaltos
Fue la primera vez de tu estadía
en esos corredores de hospitales
en los que se adelgaza hasta la esperanza
en medio de sinrazones que nada dicen
de la perplejidad de un niño invadido
por catéteres que se le siembran en el
susto mientras las agujas cumplen su
función de pasadizo
Qué pasó que como tú sólo queríamos
desprender los volátiles mecanismos
que nos retenían en la urdimbre
de unos muros infranqueables
y llevarte de nuevo al territorio
de los regazos donde florecen
las caricias
Sé que al fin te trajimos de regreso
con tu bracito extendido hacia la 
noche segura de tu madre donde 
de nuevo reanudaste el sueño de tus días
de amaneceres radiantes
y el corazón se aquietó otra vez 
sobre la planicie de tu alegría
tu mata
29/03/10
29/03/10
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