a chilita
en este nuevo
cuatro de octubre
Cada octubre regresas
engalanada de embusterías
que aliñas con todas las lágrimas
que contuviste para que los innumerables
niños que albergaste en tu regazo
sólo supieran de risas
Cada octubre vienes
con tu cargamento de confituras
tu azafate de bizcochos y el hilo del
azúcar dándole a los suspiritos su
exacta dimensión de golosina
para repartirlos en la vereda de los
sueños que se esfumaron en las noches
sin cobijo
Cada octubre te llamamos
para escuchar de nuevo el dulce
adagio de tu voz inventándole florerías
a los abruptos paisajes de una
tristeza que no culmina
y celebrar el milagro de tu resurrección
en el estallido de las semillas de granada
que aún dibujan en los solares
el rumor de una alegría que la abuela
guardaba en los pliegues del pañuelo
en los que envolvía su sonrisa
para derramarla entre sus dedos
como una caricia dulce y eterna
mery sananes / 04 de octubre del 2010
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