
Fíjate hijo que a ti
cada día se te ven más 
las ganas
y la furia de escarbar
en los montes 
de las risas que se alzan
por encima de tu nombre
en los solares de los recuerdos
y es por eso que nunca 
he dejado
de decirte que sigues
en los  confites
que se vuelven relámpagos
en los pactos de los
festejos de todas las mañanas
de cotopríes que nos aguardan
en medio de brios y manjares 
para hacer de la vida
un  canto mayor de  azucenas
abm / 06 noviembre 2010
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