Para terminar, me dirigiré a vosotros, los estudiantes…
Quisiera que no cedan cuando les digan que la inteligencia está siempre demás, cuando les digan que está permitido mentir para tener éxito.
Quisiera que no cedan ni a la astucia, ni a la violencia, ni a la abulia…
Acaso entonces, en una nación libre y apasionada por la verdad, el hombre vuelva a sentir ese amor al hombre sin el cual el mundo sería sólo una inmensa soledad.
ALBERT CAMUS
Crónicas (1943—1953)
Alianza, p.72
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