que a tí se te podía sacar cuentas de
calendarios si no hay con que medir
la dimensión de tus días ni la estatura
de tus quereres
Quien dijo Zaira de los solares
que se puede elegir una fecha para
festejarte si es inacabable la
aventura de pasar por los engranajes de
tu corazón de pomarrosa y tempestad
Quién dijo Zaira de los sortilegios
que tú naciste una mañana de abril
si cada día en tus ojos se aposenta
un amanecer distinto
si entre tus dedos los colibríes hacen
sus nidos y en el centro de tu pecho
se enraiza el árbol de la vida con un
fruto nuevo cada primavera
Quién dijo Zaira de los milagros
que pasa el tiempo por tu rostro de
petalerías si de él manan aguas dúlcimas
y si en tus párpados se agita un alondra
en vuelo hacia la estación de los deseos
Quién dijo Zaira de los regazos que la piel
se empalidece en el azafate de los cielos
si en la terneza de tus brazos cabe la juglaría del asombro
enastado en la risa de los niños
Quién dijo Zaira de las ofrendas
que en tus vuelos nocturnos hacia el país
del alma por donde navegas cada vez
que un astro se apaga en el solar del universo un reloj desorbita sus agujas intentando fijarte en algún cuadrante de la eternidad
Zaira de los suspiros yo te digo en este abril de resurrecciones
que tu tiempo es y será siempre
la gota de amor que sostiene la vía láctea
el acorde del silencio que hace girar las galaxias un aura violeta suspendida en el corazón de la tierra
mery sananes
01 de abril del 2012
mery sananes
01 de abril del 2012
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