Entre junio y julio una flor baila en las madrugadas
trayendo recados y aromerías como una catedral de luz en medio de las sombras.
Cuando la mañana comienza a asomarse ella cierra sus
petalerías resguardando su arquitectura vegetal, para mostrarse sólo a los
enamorados transeúntes de la noche.
Quien la ve por primera vez queda prendido para
siempre de sus sortilegios y no vuelve a ser el mismo. Como si el recinto de lo
más sagrado de la vida se le abriera en ese instante para ofrendarle el sentido
de lo humano como un espejo transparente de la esencia misma de la flor.
Estas embusterías nacieron del corazón de una flor de
baile y su función es esparcir su aroma hasta que no quede sobre el planeta un
solo espacio vedado a la risa y al asombro que nacen adheridas como un talismán
en las pupilas de los niños.
Un rito en la estación
del baile que se acuna
en la instancia de amor
que ya no nos espera en
el amanecer que vendrá
sin pasado ni presenteabm
Y la noche
estalló en
soles
diminutos
abierta su
resplandeciente
relojería
en aromada
circunvalación
fotos
danielita barrolleta / juan jorge blanco
danielita barrolleta / juan jorge blanco
flor de baile del
27 y 28 de junio del 2012
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