Y de qué muertes hablamos en
medio de una huella que la pólvora
dibuja sobre rostros ya amortajados
por un morir que no cesa
De qué terror abjuramos
si ya ha tomado por asalto
la inocencia y amanece prendido de
nuestras pupilas como si fuese
un juguete anidado en nuestro
regazo
Cuándo cómo y por qué
el dolor un día se vuelve rutilante
estandarte noticioso y verso
militante capaz de tomar partido
por alguno de los asesinos
que juegan a la guerra con
la risa de los niños que nada
saben de historias amañadas
o de campos minados
En qué abrumada insolencia
convertimos la congoja para llegar
al cinismo aterrador de diferenciar
entre masacres que se justifican
y muertes que nos estremecen
y muertes que nos estremecen
como agitadas banderolas de
un vivir que no existe
De qué madera seca estamos
De qué madera seca estamos
hechos que sólo miramos
el ventanal de nuestras
inquietudes dejando tapiado
inquietudes dejando tapiado
en el espejo cóncavo de nuestra
indiferencia la andanada indetenible
de muerte que nos atraviesa
sin intersecciones ni treguas
El mundo navega al ritmo inverso
de la vida convirtiendo el planeta
en una inmensa y acongojada sepultura
mientras nosotros elegimos algún
aluvión de estampidas como si
algunos muertos nos pertenecieran y
sin intersecciones ni treguas
El mundo navega al ritmo inverso
de la vida convirtiendo el planeta
en una inmensa y acongojada sepultura
mientras nosotros elegimos algún
aluvión de estampidas como si
algunos muertos nos pertenecieran y
otros nos fueran ajenos
Y en esa compleja anatomía
Y en esa compleja anatomía
del dolor apenas percibimos cuánta
muerte juntamos en la relojería
desvencijada de nuestros
propios pasos sin sentido
¿Será que perdimos entre los
propios pasos sin sentido
¿Será que perdimos entre los
amasijos de nuestra propia
inutilidad hasta el sueño de una
historia y un tiempo sin el odio
de dios esparcido como un
maná entre los hombres?
En
estos tiempos de ira y muerte, tan iguales a los que nos precedieron y
tan similares a los que sembramos cada día, sin que nada parezca detener
la mortaja ni las armas de los asesinos, que toman tantas formas
disímiles, que hasta nosotros a veces las empuñamos, como si fuesen
agitadas lanzas de una paz inexistente…
En estos días en los que nos da por diferenciar, dividir, clasificar las muertes, en vez de clamar porque se detenga, donde quiera que estén, decimos estas palabras con la intención de que, de tanto insistir, algún día logremos, en verdad, hacer el necesario, indispensable, irrevocable deslinde entre los sepultureros y la risa hoy truncada de los niños del mundo, para al fin dar inicio a un tiempo de y para el hombre.
En estos días en los que nos da por diferenciar, dividir, clasificar las muertes, en vez de clamar porque se detenga, donde quiera que estén, decimos estas palabras con la intención de que, de tanto insistir, algún día logremos, en verdad, hacer el necesario, indispensable, irrevocable deslinde entre los sepultureros y la risa hoy truncada de los niños del mundo, para al fin dar inicio a un tiempo de y para el hombre.
mery sananes
27 julio 2012
Con este poema cierra nuestro libro
Memoria de pájaros y hombres
Caracas, CPT-CEHA-UCV, 2017, pp. 115-116
Benjamin Britter / War Requiem / Primera parte del Dies Irae
dirigido por Mstislav Rostropovich
Extraordinario poema querida Mery.
ResponderBorrarTu fuerza poética y vital atraviesa el horror, aunque el dolor te atraviese.
"de un vivir que no existe", escrbiste. Sí. Pero inventás el "vivir".
Yo sé cuánto cuesta (y te cuesta-duele-renacee) eso de estar inventando la vida entre tanta muerte.
Todo, y también y mucho tu reflexión final en prosa, es un alarido de vida, aun y todavia. Gracias Poeta, mujer de cristal, amiga !
Cristina Castello
Julio 2021
ResponderBorrarLa frase de "una muerte continuada " no puede ser más correcta. Todas las muertes nos pertenecen y ningún ser caído por la barbarie y la ignominia nos debe ser indiferente.
Sé muy bien Navil que ese es un sentimiento común, que sientes y pregonas y hasta vives con mucha intensidad. Y multiplicarnos es siempre algo que celebrar. Mi abrazo.
ResponderBorrarLa música y el poema se unen en palabras perfectas y tristeza mortal . Dios Misericordioso ayúdanos
ResponderBorrarAbrazos Margot inmensos. Gracias por tu compañía.
ResponderBorrarNos hablas del dolor que horroriza de los Gazatíes, de los Ucranianos, de los Malienses, de los campesinos del Tarra...
ResponderBorrarY me siento culpable de no decir ni levantar la voz.