En este octubre siembras
tu cabellera
en el remanso de
los
ciruelos en la flor del onoto
en la zafra
de un maíz que
tu padre
recoge en las vasijas
de sus
dedos para que julia
los
desgrane en el recinto
de los
milagros hasta que la brasa
dore el
pan de amor que ella
prodiga desde
el paisaje
de su
collar de peonías
y su
delantal de alas de árbol
e hilachas
de mango
En este octubre tu trenza
se desata
en aluviones de
hebras
para abrigar a los
tuyos y
tenderle el regazo
a los
niños que te aguardan
mientras les repartes semillitas
de chirimoya al afán de
las hormigas
mientras les repartes semillitas
de chirimoya al afán de
las hormigas
En el
laberinto del viento
tu cabellera
escribe la historia
de los
pueblos que recorriste
los pozos
que dieron de beber
a tu sed
primera el solar de
estrellas
que fue el techo gigante
de todos
tus asombros
la aurora
dibujándole duraznos
a la tarde
y el alba dejando correr
en las
madrugadas el canto
de las
piedras sobre un silencio
acompasado
de abriles
No le robó
la ciudad el brillo
al oleaje
de tus cabellos ni le
expropió la
danza a tus ojos
encandilados
de cercas y de
muros
recogiste en un ovillo
la mata
florecida de hileras
de
azabaches y refugiaste sus
fulgores
en un pañuelo de hierbas
En este
octubre de nuevo desatan
los cordajes
salen a recorrer
los
dominios del viento y la lluvia
recubren
las grietas de los tiempos
enardecidos
y regresan a su raíz
de aguas
mansas a tejerle
confituras
de guayaba a las tardes
empanaditas
de azahar a los
transeúntes
equipajes de ramas
aromáticas
para aliñar los bebedizos
que tiñen
de alegría los suspiros
Qué
festejo el de este octubre
de una
ilusión vertida en la pimpina
de la
memoria esparciendo porvenires
desde los
nidos de las tortolitas
y los
lirios que nacen del ojal de
tus
entregas
mery sananes
26 de octubre del 2012
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