En qué recintos del cielo
andan sus alitas a estas horas
de la luna
A dónde los lleva esa nave
que se aleja de los albergues
que tejí para ustedes
En qué silencios se duermen
sus suspiros esos que en las
noches yo recojo en las
cuencas de las manos para
depositarlos en el agua que
han de beber en el amanecer
Qué distancias habrán de
recorrer mis liturgias para
alcanzar el cruce del mar con
ese continente al que los
llevan sin que el cobijo de la
madre ahuyente los ruidos y
les vierta en sus antojos
las golosinas de su amor
Le he pedido al albatros y
a la gaviota ártica su compás
de vuelo para cabalgar en ellos
la trayectoria que recorren
y a las estrellas más cercanas
el azul estallido de su luz
para que alumbren sus pasos
a lo alto de un espacio
que les es ajeno
para que alumbren sus pasos
a lo alto de un espacio
que les es ajeno
Alojada estoy en el interior
de las vértebras allí donde se
atiza el sol de los latidos la
altiva insignia de la vida
con un remo de besos atravesando
el cauce de las sonrisas que
les cosí en el ojal de la camisa
Y allí me quedo en la quietud de
la inocencia para verter en sus
pupilas tinajas de miel y el aljibe
rosa de los atardeceres hasta que
regresen al tiempo de los campanarios
de donde nunca debieron salir
15-16 de junio del 2013
texto y foto
mery sananes
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mery sananes
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