Luna del 11 de abril del 2014
Aguardo una luna eclipsada
a destiempo por un gris inclemente
como si quisiera guardar para sí
la perfecta armonía de un giro
que se cumple inexorablemente
más allá del hombre y su mordedura
Atisbo tras los ventanales una señal
que me devuelva la fosforescencia de
una luna que apenas ayer dejó en mi
noche el código de una luz prestada
Y es como si alguien la hubiera robado
del interior de mis párpados dejándome
ciega en medio de un tiempo acorralado
Pero ella me pertenece por una
suerte de genética sideral que acunó
en mis hebras una estación de
plenilunios que sólo anochece
en el redil de una elipsis atrapada
en las leyes de un tiempo circular
Y esta noche de abril
enmudecida de lirios
la abro con el cincel de una
palabra enamorada para
dibujarla a mi antojo
sobre el lienzo crepuscular
de su traje naranja
Y en ella el sol podrá verse en
un espejo de púrpura azuzando
su carbones sobre el costillar
de una circunferencia hecha
de noches y estrellas gravitando
entre hebras de silencios
En qué aljibe habrá recogido
su rubor de durazno y en qué
desembocadura su claridad de estío
en qué estación del beso habrá
sumergido la helada hecatombe
de su ausencia y de qué intemperie
cósmica recubrirá su orfandad
de lumbres para rituales de asfalto
Yo reinvento su travesía por el
alfabeto de los azules y la dejo ir
prendida en el amanecer de los
despojados hasta que de nuevo
remonte su vuelo de luz sobre el
sagrado archipiélago de las lágrimas
donde aún habita reverente la vida
mery sananes
15 de abril del 2014
Eclipse lunar, 15 de abril, desde Montevideo
Para decirlo en criollo, este texto es producto de la inmensa calihueva de no haber podido ver el eclipse. Y ya lo había anunciado, que aunque me lo robaran yo me lo inventaría y así lo hice. Aquí te lo dejo, testimonio de lo que el ojo ve, más allá de los muros. Pude quitarle el color de sangre tan anunciado para una luna crepuscular, una luna de rubores, una luna color de duraznos maduros. La luna que uno se inventa cada noche con o sin eclipse a sabiendas de que existe una terca y amorosa complicidad entre sus yermos territorios y la bandada de alas de fuego con las que el sol la enamora.
ResponderBorrarEntonces miraste por mis ojos, Mery, que se cansaron de esperar. No tienen la culpa de ser los faros de un hombre con los horarios tan contrahechos. Estuve esperando hasta un poco más de la media noche, pero entonces vino otra luna a secuestrarme. Mi error estuvo en dejar la cabeza en la almohada. Y mira que le había dado varias vueltas a la luna, con un cielo insólitamente despejado. Yineska me decía, no vas a ver la luna? Y entre sueños le respondía, pero si ya la estoy viendo,,, Ella pudo verla en varios intervalos pues, repentinamente, comenzó a llegar nubosidad. Cuando volví del extraño sueño, el cielo ya estaba totalmente encapotado. Y me dije, por algo te apareciste en mi sueño, que no en mis ojos. Acaso por burlar lo que canta un sortilegio en las centurias de Nostradamus.
ResponderBorrarTu canto, Mery es canto de expiación a tanta sangre que vemos donde puede palpitar el rubor de unas rosas al atardecer. Donde, con todo y lágrimas, la vida se nos hace reverencia.
Brindo por "...esa terca y amorosa complicidad entre los yermos territorios y las bandadas de alas de fuego con las que el sol nos enamora..."
Un abrazo!
Luis Alejandro Contreras
Bellísima tu luna, que se regocija en vos!!! Gracia mery!!
ResponderBorrarCristina Castello
Esplendorosa tu luna enamorada de aljibe, distancia y hecatombe, como un durazno desbocado, querida Mery Sananes!
ResponderBorrarMaría Isabel Saavedra
Abril 2021: Mery Sananes
ResponderBorrarQué decirte, LA, en ambos textos, el tuyo y el mío, se aglomeran eternidades, se escancian instantes, se despliegan los sueños más altos junto a la hondura de una tristeza que crece, a la misma medida que el dolor de César. Gracias por traerlo en estos tiempos tan oscuros, en los que la luna que llevamos sellada en nuestro interior, nos otorga la claridad necesaria para no quedar ciegos del todo. Abrazos que contienen tambien a Yin Tonic.