Como manos sobre un teclado
construido de hierbas y espejos 
tu paso recorre la noche 
buscando la escritura de un 
tiempo que te fue arrebatado 
Y cada amanecer lo reinventas 
una y otra vez sostenido sobre 
la nostalgia de aquellas cuerdas 
que quedaron inscritas en el
torbellino de las aguas 
Tuyo fue el universo que cabía
en la punta de los dedos en 
los que coleccionabas el secreto 
de los días vividos y el asombro de
los huertos y tuyo el horizonte
donde colocabas con milimétrica
precisión uno a uno los enseres
de tus sueños
Ahora fragmentada la respiración
de las ardillas te adhieres como 
los grillos a los árboles a sellar
tu canto simétrico sobre la nervadura
de las hojas que te dan de beber
sus diminutos bajeles de ilusión  
y encantamientos
Y allí sobrevive fulgurante el
milagro de tu risa de arpegios 
mery sananes
09 de junio del 2014

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