PUERTAS DE ETERNIDAD
para Zaira
Nona: Hoy toco de nuevo a tu puerta y traigo en mis
manos un papagayo que tiene muy presente su misión mensajera. Y te advierto: en
esta oportunidad hay un motivo especial para que me abras de inmediato. Vengo
muy bien acompañado.
A mi lado está una persona con sonrisa y ojos de bríos, haciendo saber de una
partida de la que no está nada convencida. Porque la verdad es que para ella lo
primero es la vida que se entona en el
acto mágico y festivo del querer.
Imagínate tú que me habló de la tremenda sorpresa que
te llevarías cuando la vieras acompañada, este día de santo en cruz y júbilo
mayor, con su muy querido negro del carajo.
Pero ten en cuenta que el toque de puerta que te hicimos no es nada
fortuito. Fue para que supieras que vamos dispuestos a enfrentar cada uno de los
desplantes que has inventado para comulgar con unos tales designios de ascesis.
Ella es la misma india brava y decidida, de nombre Ana y de
apellidos amor y entrega que tanto conoces y que de nuevo participa en la algarabía de tu cumpleaños.
Y esta vez lo hace para decirte, específicamente, que
hoy su mayor alegría va más allá de la dimensión de las fragancias que hacen aplausos
en vino de afueras y silbos risueños.
Hoy simplemente quiere que tú sigas construyendo tu mundo en oraciones de juncos para mantener en alto el delirio que concluye en la
consagración de todos los vuelos presididos por la aventura de los cometas de
encendida persistencia.
Y afirma también que en esta fecha estará a tu lado para tener otro de los inolvidables
días de refriegas de palabras que terminan en más y más
cercanías.
Recuerdo que un día, hablando sobre esto me dijiste
que de verdad, vivir con La Nona
era difícil, pero que sin ella es algo que se inscribe en el signo de los imposibles.
Y de esta forma comprendí que mi india querida no se
puede quedar varada donde está. Para ella es inmensa la necesidad de estar a tu lado, como tu
compañera de tantas rutas, quien, de
paso, te profesa amores de mañanas y atardeceres.
Nona de mis adentros y pasos, déjame decirte que en esta hora de
tu cumpleaños sentía que me era imposible estar de fiesta, si no venía conmigo
esta marchante de cundeamores, que trae en cada mano una luz de escapularios y
su pasión carpintera, comprometida con el espacio que nace en el filo de las trompetas de cada una de las
puertas de tu eternidad.
Agustín Blanco Muñoz
01 de abril del 2015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario