Quien tiene en su interior un lenguaje
que se estremece con todo lo que vive
alcanza una voz poética que perdura
a través de su hacer su sentir y su decir
como una unidad que no admite roturas
¡esa es y será siempre Zaira!
Me vestí de nostalgia
aquella tarde
de tímida llovizna
Solté mi cabellera
y la esperanza
la sembró de brillantes
Grité tu nombre
al tiempo
caminé hacia la sombra
Reviví tus recuerdos
Dulce herida
Añoré tu regreso
Zaira Andrade
1980
foto / mery sananes / 2015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario