Este diminuto nido
ha resistido el invierno
las heladas de otoño
las nieves de marzo
los vientos que bajan
de los lagos
Sus costuras vegetales
no han cedido a la fuerza
de la intemperie
aguardan pacientemente
a quienes habrán de habitarlo
para que un nuevo ciclo
de la vida se complete
Todo un milagro construido
con el oficio tejedor
de un piquito
¿Cuándo trenzará el hombre
un nido de esa fortaleza?
¿Cuándo construirá la ciudad
de los nidos para que los
pueblen los niños de la tierra?
¿Cuándo aprenderemos
a enhebrar la aguja de la vida
para que el hombre
habite su propia dimensión?
texto y fotos
mery sananes
marzo 2016
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