Las sombras precedieron
la luz de este equinoccio
y el otoño se volvió un
desquiciamiento de ramas
desprendidas
Las estaciones son un riel
por donde navega la memoria
y la memoria es una cigarra
que aprendió a respirar en las
explanadas de la tristeza
Y este septiembre es un libro
sin costuras una conjetura que
no se desprende de sus enigmas
el instante detenido de un
alumbramiento decidido a ser
hierba en los huertos del cielo
Nunca se hizo tan difícil invocar
la alegría y sin embargo un estruendo
de soles ennochecidos va dejando
sus signos en las cabeceras de los
ríos buscando incansable el delirio
de un tiempo enraizado en los
rizos de un clavel que nada sabe
de adioses
texto y fotos
mery sananes
22 septiembre 2016
Tampoco yo
ResponderBorrarquiero saber de adioses,
ni de finales.
Somos continuidad,
huella imperecedera.