No quiso la luna
derramar sus naranjas
sobre mis antojos
emergió fugitiva desde el
horizonte y se fue a
hospedar detrás de las nubes
mientras dejaba las señales
de sus fulgores como una estela
de nardos
se replegó en su lecho de agua
después de haber paseado el planeta
inundando los continentes
con su luz de sol invertido
y no vino a entregarme
el néctar de sus rubores
apareció en la noche desplegada
como un lirio recién abierto
y allí atrapé su risa de plata
su traje de nácar y sus pétalos
como alas de palomas
la encontré faroleando
la madrugada mientras le hacía
piruetas a las palmeras
con su picardía de niña alborozada
y con mis manos la tomé
para ir a sembrarla en el
árbol de los milagros
Luna llena
14 de noviembre 2016
texto y fotos
mery sananes y juan jorge blanco
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