a federico garcia lorca
La luna pertenece
al dominio de la noche
Cuando mengua
es ajo de agónica plata
dice federico
el mar cubre la tierra y el
corazón se siente isla
en el infinito
Cuando crece
es un durazno de oro
que el sol ha mordido
con sus dientes de fuego
enamorado del espejo
en que se mira
Cuando se asoma llena
de prestadas luces
su traje de plata
alcanza fulgores de
jazmín y aquel que beba
de su crineja de azabache
quedará por siempre
herido de noche
enlazado como un pájaro
en el nido de sus alas
Y cuando se marcha
dejando en la noche
un oceano de estrellas
y una travesía de fugas
la luna se baña
en el hemisferio
de una vid cristalina
como la leche de las espigas
tan sólo para regresar
a la noche que es su dominio
y al amor que encandila
a quien a su vera se acerque
con un canto ensartado
en un negro aljibe de madera
publicado inicialmente el
02 de marzo del 2017
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