Ahí quedó la
Viola de Armando Cañizales…
Él
no tocará más
Él
ya está muerto
Ahí
quedó su viola tirada en el suelo
En
un charco de sangre y sudor
Ahí
quedaron sus sueños, sus anhelos, sus ganas de vivir
La
bala que mató Armando confesó no saber
Que
esta vez su misión era
Segar
la vida de una joven promesa del Sistema
de Orquestas
Él
ya no tocará más
Él
ya está muerto
En
el cielo Vivaldi, Beethoven y Tchaikovski
Protestaron
su muerte
Forte,
fortísimo es el dolor que enluta a su familia, al país,
a
la vida
Él no tocará más
Él
ya está muerto
Las
melodías que con tanto empeño entonaron sus últimos días
Fueron
la Democracia y la libertad en sí
sobreagudo
En
su partitura contaba 17 compases de vida
Fue
a “Tocar y Luchar” y encontró la muerte
Ahora
toca y lucha en el cielo junto a Dios
Quizás
el Mesías nuestro señor Jesús sabe más de Democracia y de libertad
Qué
el gobierno y la oposición venezolana
Toca
forte Armando
Toca
In crescendo.
Los
que te mataron
Los
que hoy en Venezuela aprietan todos los gatillos
Para
todas las muertes
Ya
están muertos
Pues
un día responderán ante la ley del hombre y ante la ley de Dios por sus Horribles crímenes
Para
entonces el estruendoso sonido de las trompetas y del tímpani anunciara la
muerte de la dictadura y el renacimiento de la alegría y el amor
De
la vida que vale la pena ser vivida
Feliz
Viaje Armando…
Jorge Delgado
Armando Cañizalez, 17 años, fue asesinado en el Distribuidor Las Mercedes, en la ciudad de Caracas (Venezuela) el 03 de mayo del 2017, mientras protestaba desarmado ante la GN. Vivía en Bello Monte. Pertenecía al Sistema Nacional de Orquestas y tocaba la viola.
Ya no sé cómo llorar, Armando. No sé si se secó el río de lágrimas en mis ojos, no corren por mis mejillas ya con hondos surcos, juntados con todas las madres de los hijos cruelmente arrebatados por el crimen despótico de un régimen que nos los asesina vilmente. En un solo latido, un solo corazón; quisiéramos revivir el tuyo. Armando, mi niño. Niño de tu mamá y de todas las madres de Venezuela ¿Quién te arrancó de nuestros brazos, quién la bestia feroz que nos arrebata la música de tu vida, de sus vidas? Herodes fue menos cruel, a estos resucitados de Satanás les disgustan los niños, los matan, les siegan la vida, se los devoran...
ResponderBorrarVuela al cielo Armando y cada vez que levantemos nuestros ojos resecos de llorar, te veremos brillar en la constelación Amarillo Azul Y Rojo con siete estrellas, sobre la oscuridad de esta tierra llamada Venezuela que te ama con dolor hondo, incurable, infinito...
Yo sólo como madre diré lo que un dia escribió Andrés Ely Blanco: Cuando se tiene un hijo , se tienen todos los hijos del mundo.
ResponderBorrarPor eso hoy lloro, aunque no sea mi hijo, porque como madre comparto su dolor.