Más allá de toda despedida, esos seres que nos rodearon con su
amor, siempre se quedan con nosotros, de otra manera, pero siempre vivos,
resplandecientes, presentes.
Pero
también sé que la tristeza es el instrumento que este mundo nos ha otorgado
para sostenernos, cada vez que logramos procesarla hasta convertir su largo
peso, en el leve sonido de un laúd.
Siente
uno que fue muy breve el espacio entre esta despedida de hoy y la que nos trajo
el viaje de tu madre hacia los predios de las estrellas fugaces.
Y
sin embargo cada mañana nos despiertan esos pájaros azules que dejan las
señales de su permanente presencia entre nosotros. Y entonces hacemos nuestras
las lecciones de amor esparcidas por el territorio de sus vidas y nos hacemos
persistentes sembradores en la tierra abonada de nuestros hijos y los hijos de
nuestros hijos, para que permanezca ese cultivo de esperanzas en la cual seguimos
y seguiremos empeñados.
Hoy
cuando te toca entregar a tu padre a esa misma tierra que recibiò a tu madre, te
acompaño con el mismo recogimiento pero también con la certeza de que sus pasos
quedaron inscritos en el libro de la vida. Y que eso les otorga la ùnica
trascendencia a la cual aspiramos: la de ayuhentar todo olvido, hacer presencia
en la sonrisa de los nietos, en los pasos que aún damos, en la persistencia de
nuestros anhelos y en el sueño de ese porvenir, aún no construido, que sin
embargo siempre ha guiado nuestro hacer y nuestro sentir.
Siento
la alegría de que hayas podido estar con tu padre, en la certeza de que él estaba
decidido a no irse sin abrazarte otra vez y sin dejar en tus manos sus mejores
versos, aquellos que dejó vertidos desde tu propio nacimiento.
Asì
èl se marchó tranquilo hacia sus nuevos parajes y tú regresarás a tu compañera
y a tus hijos, a tus tareas y compromisos, fortalecido en tus credenciales de buscador
de trochas, entre los màs espesos paisajes, en busca de ese porvenir que intentó tu madre dibujar en
los terrenos de la justicia, y que tu padre dejó con pasión y belleza bordado en sus poemas.
Te
abrazo y acompaño, con todo mi afecto
mery sananes
15 agosto 2017
Licenciado
en letras (UCV, 1958), master of arts en
New York y escritor (poeta, narrador, ensayista, crítico literario,
investigador). Realizó cursos de posgrado en estudios iberoamericanos,
sociología de la literatura y semiología en la Universidad de La Sorbona de
París (1970-1971); de sociología de la literatura y de literatura
iberoamericana en la Universidad de Roma (1971-1972); doctorado en la
Universidad de París (1972), con la tesis «L’Oeuvre de Manuel Díaz Rodríguez»;
profesor de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de
Venezuela y de la Escuela de Letras de LUZ, de la cual ha sido su director
(1969-1971), además de director del Centro de Estudios Literarios (1973-1981) y
director de la Revista de Literatura Hispanoamericana (1969).
Pertenece a la Asociación de Licenciados en Letras, a la AEV, a la Asociación
Internacional de Li-teratura Comparada y al Instituto Internacional de
Literatura Iberoamericana. Primer premio del concurso de poesía de LUZ (1966)
con Humano todavía, del certamen de cuentos de El
Nacional (1981) con el cuento “Columba 1925” y el
premio regional de literatura Jesús Enrique Lossada mención poesía
(1997). Profesor de posgrado en la UCV, ULA. y LUZ. Ha asistido a numerosos
congresos nacionales e internacionales y publicado en reconocidas revistas y
periódicos.
Obra
poética:
Las
Manos (1963); Album para Delincuentes (1966);
Humano
Todavía (1967);
La
Bárbara Memoria (1988);
El
Proceso Creador (1975); Poemas (1976); Hiponángela (1978);
Columba
1925 (1981); Ocultación y Revelación (1986);
Mapire (1994); Obra
poética (2005).
Meryluz
ResponderBorrarApenas ahora me encuentro con este texto. No lo había notado, en el mar de diligencias y responsabilidades de persona adulta que a uno le toca jugar. Estoy más que impactado. Lo leí esta mañana abrazado con mi esposa en la cama matutina, en voz alta y nos quedamos en silencio, suspendidos.
Te quiero mucho, tengo poco que decir.
Gracias.