Pedro Paraima de nuevo nos vuelve a sorprender. Describe con austeridad e intensidad ese proceso en el cual a ratos nos vemos a nosotros mismos en un espejo invertido.
Sòlo que quien ha vislumbrado imágenes, recorrido caminos y mirado más allá de si mismo, a ese otro que lo acompaña, no hay cristal que no refleje su verdadero respirar, ni sombra alguna que oculte las màgicas emanaciones de su andar.
Allì siempre vibrará su alma de poeta de agua, de neblina y flor, que seguirá esparciendo los rayos que emanan de ese sol que habita en la esfera móvil de su corazón. ms
EL QUE YO SOY
De tanto resplandecer
se me fueron gastando
las imágenes
De tanto andar
se me fueron gastando
las huellas
De tanto mirar
se me fueron gastando
los ojos
Fue así
como desaparecí
de mi presencia
y me hice mi sombra
Por eso
ahora me recorro
sin poder retornar
al que yo era
pedro parayma
septiembre 2017
foto / mery sananes
PARAYMA poeta de agua de neblina y flor. Bello. He leído 4 de los poemas de Parayma oues lis publicas en este blogg. Me gustan. Los primeros tres los compartí con José Antonio. Se alegró mucho. Yo recuerdo un alma armoniosa y dulce anidada en un cuerpo con sonrisa amplia,cálida y su postura lista para dar un abrazo. Hombre certero, firme y precursor de leyes ambientales. Excelente anfitrion. Padre y esposo orgulloso de su familia.
ResponderBorrarGracias por compartir. Pido permiso para poner en mi página de Facebook esos cuatro poemas que publicaste aquí.