Caminar muchas
horas
buscando la
espiga
que tiene
destellos de sol
Aguardar días
enteros
para
sorprender un lirio
abriéndose en
las tardes
Anochecer y
amanecer
en busca de
un creciente
de luna
Amar los
campos de trigo
y de olivares
las vides y
las cañas
cuando insurge
flor
Decir que me
he ido
y permanecer
en tus sitios
aún después
que te has marchado
Celebrar la
tristeza
echarme a
bailar en el viento
mojarme en la
lluvia
Reconstruir cada una de las señales
de tu rostro y
no tocarte
Desandar los
días
como si
pudieran desandarse
Inventar
alegrías desenredando
penas
Atrapar la lumbre de un cocuyo
esperar una
estrella fugaz que
irrumpiera en
mi asombro
Dibujar una risa
sobre
un rostro
vencido
Llorar los silencios que nunca
presenciaste
Juntar las palabras que nadie dijo
derramar actos
de magia
que a nadie
convencieron
Mirarte a los ojos
para enraizar
en tus sitios
sembradíos de
sol y pomarrosar
Convertirme en
bajel
para remontar
todos los mares
Encontrarte y no decirte
ni una palabra
Derrumbar
muros para inventarme
una tierra sin
cercas un sitio
que no fuese
cerrado
para echar a
correr mis sueños
Tener penas de
amor
llenar los
grises de azules
griegos
enhebrar los
rostros taciturnos
con
siemprevivas
Pensar que
alguna vez
mi voz se oirá
desde epidauro
y que resonará
en el corazón
de los hombres
Descubrir
agujeros de chicharra
sorprender el
primer lucero
que abre la
noche
Entregarte una hoja de hierba
que nunca tomaste
Mirar como
crece un tallo
hasta
convertirse en rama
encender
fogatas a pleno mediodía
Cabalgar en las cuerdas de una
mandolina y no
olvidarte
Adornarme el
corazón con
girasoles de
van gogh
Creer en los ritos que hacen
los hombres
con las hierbas
Amar al mar
su orilla y su
oleaje
oír la canción
de las caracolas
Escoger entre muchas
la canción que habré de regalarte
para un tiempo que nunca vendrá
para un tiempo que nunca vendrá
Dibujar signos en la arena
que son sólo
para el pez
de mar adentro
Hablar con ana
magdalena
mirar los
rostros de los otros
como si fuera
el mío
Trenzar
guirnaldas con las
flores del
camino
detenerme en
un arcoiris
hacerte
ofrendas de horizonte
y de infinito
Envolverme en
la túnica
de isadora
subirme a las
colinas más altas
Amar un sitio
un aroma
un sonido que
por un instante
se llenó de
vida
y que nadie lo
cuidó
Olvidarte
y entregar lo
que contiene
el corazón a
manos llenas
Seguir el vuelo de un pelicano
o el aleteo de
un colibrí
volar
papagayos sin cordel
Ser creciente
y crescendo
para fiestas
de agua y de rocío
Enredar tu rostro en mis cabellos
inventar días
de veintisiete horas
hacer
ramilletes de hojas secas
Sonreir sin que te sonrían
alargar la
mano como si cupiera
en ella un puñado
de fantasía
Estrechar la
brisa
oir sonar la
canción del viento
hacer de la
brisa el país del alma
sonrojarse
Estremecerse ante el sonido largo
de una flauta
sola
conmoverse por
la risa de un niño
que se vio una
sola vez
Dejar de estar alegre porque
alguien no
estuvo en los sitios
que le
inventaste
Escuchar los sapitos cuando cantan
en los pozos
jugar con las
cervatanas
oir el río
cuando hace camino
hacia la mar
Aguardarte en lo alto de un
acantilado
griego
Tumbarme en la tierra húmeda
echar a correr
tras una mariposa
asaltar una
madrugada junto a una
flor de baile
Decir mucho
muchísimo
regalar
piedritas que he recogido
en mis
travesías
llenar los
sitios de rosas y hierbas
Juntar penas que no fueron mías
y juntarlas a
mis penas
Asaltar muros
donde creí
que algo
quería estallar
Ver acercarse un faro de mar
llegar y partir
entregar
alegrías como ofrendas
Ser expedicionario de las noches
aventurero de
los días
decir te amo
sin que nada
se conmueva o
desordene de verdad
Creer haber sido plenos y haber
sido
insuficientes
Cantar una
canción rota
inventar los
tiempos que vendrán
querer ganar
la luz con el llanto
Esos son los
actos pequeños
las cosas sin
sentido
con las que he
ido llenando
los días y las noches
como un modo
de celebrar la vida
a pesar de
estos tiempos obscuros
mery sananes
1980
publicado inicialmente en embusterias
el 13 de septiembre del 2010
el 13 de septiembre del 2010
por ese rubor... que nunca se pierda tu capacidad de sorprender y de sorprenderte
ResponderBorrarMery Sananes
ResponderBorrarGracias José, ojalá que sea así. El asombro siempre nos vuelve a regalar la vida. Mi abrazo para ti y ese inmenso y amoroso asombro de tu niño.
Jamás pierdas ese rubor, es tu bandera, y tiene muchos seguidores.
ResponderBorrarLas emociones condensadas en un poema por la magia de la palabra, jamás se desvanecen, permanentemente viajan por la memoria ... en la realidad de las cosas y los seres que creemos inútiles, querida Mery, qué hermoso poema.
ResponderBorrarAy Miguel, tus palabras rescatan este poema. Y sólo la rosa puede medir la fragancia de ese rubor que nos entrega hasta alcanzar nuestro suspiro. Mi abrazo inmenso.
ResponderBorrarMaravilloso. Eres una maga. Encantadora
ResponderBorrarViniendo de una maga como eres tú, Carmen, tus palabras se vuelven muy especiales. Gracias!!!
ResponderBorrarMaravilloso. Siempre le sorprendes a mi corazón.
ResponderBorrarMenos mal, Ana Rita, que yo te cargo siempre allí, en el corazón. Mi abrazo.
ResponderBorrarComo te conozco desde entonces, y te leo, y te celebraba en cada una de las afectuosas que los nuestros decía de ti no me sorprende esa "misma claridad" que te sigue iluminando, iluminando, como un sol inmenso, distante, distinto: nuestro.
ResponderBorrarAy como me alegran tus palabras, Salvador, que sé que son mucho más que eso, son sentires que recibo conmovida. Y qué alegría que tengas esa memoria mía desde entonces. Ojalá que sigas viendo siempre en mí esa "misma claridad" , que procuro conservar, nutrir y cultivar. Porque como bien lo dices, esa es nuestra naturaleza. La misma que tú describes, aún desde la tristeza y desde la ausencia.
ResponderBorrarPorque si no fuese por esa "misma claridad" que iluminó tus días y noches, en una ciudad y un país que seguirás amando siempre, cómo podrías sentir esas nostalgias, esas saudades, esos abismos que no son la imagen de un espejo que nos quebraron. Mi abrazo, Salvador. Me has hecho sentir que vale la pena seguir haciendo cosas inútiles.
En mi juventud, el nombre de Mery Sananes era el esplendor. Una ética, una escritura, una manera valiente, lúcida y prodigiosa de sobrevivir en un mundo que no era el nuestro ni queríamos que lo fuera. Vivíamos en ensoñaciones -que si bien el socialismo real de aquellos tiempos nos convenció -al menos a mi- de que eran imposibles- seguimos viviendo en la utopía. Muchas veces me hablas de mi nostalgia, de "saudades" y tienes razón. Son nostalgias de un mundo que no hemos podido construir. Porque Mery Sananes fue, es, también, el nombre con que se hacen los sueños, nuestros sueños. Contigo aprendí a leer a Walt Whitman, que lo es todo en sueños como los nuestros. Y contigo aprendí a soñar con un país que sigo buscando en sus esencias, en las piedras, incluso, que Luis Felipe, el zamorano de la "mala leche", nos dejó como señales...
ResponderBorrarAnte tante generosidad y belleza en tu decir y sentir, Salvador querido, sólo puedo enviarte el más gigante de los abrazos. En él va el corazón.
ResponderBorrarSoy yo quien debe agradecer tu generosidad al aceptarme...
ResponderBorrarTú y yo, Salvador, jamás haremos una competencia de agradecimientos. Porque somos gente de quereres. Y y esa palabra tiene una dimensión tan gigante que no requiere de más explicación. Somos profundamente fieles a ellos. No importa el tamaño de las distancias ni las jugarretas del tiempo.
ResponderBorrarVale. Pero reconoce que no hay nada que agradecerme. Soy yo quien te debe todo lo que he mencionado anteriormente y muchas otras otras cosas. No se trata de competencia alguna. Ni siquiera sería capaz de presentarme al Certamen. Un abrazo...y...
ResponderBorrarLo mejor de estos "desacuerdos" que no son tales, Salvador, es esta conversa sostenida, hermosa y nutritiva. Y no te reconozco nada de eso. En lo que te doy la razón es qu ni tú ni yo tenemos nada que agradecernos, porque ni culivamos ni recibimos el amor como algo para agradecer. Procuramos ser quienes somos, espontáneos, sencillos, aunque nunca con el sabor inigualable de los chorizos carupaneros, Pero sí con el impetu de las mejores causas en un mundo que se le ha olvidado cultvar su don esencial.
ResponderBorrarAl leer tus versos en este poema es justo lo primero que pensé: que es toda una trayectoria, que lleva por timón tu inmensa capacidad de asombro, origen de todo poema. Me recordó el Barco ebrio de Rimbaud e Ítaca de Kavafis, dos poemas íconos de toda travesía.
ResponderBorrarBellas tus palabras como siempre, Myriam. TRayectoria si, inconclusa e insuficiente, pero para eso nos inventamos de manos de León Felipe, lo de los corredores de relevo, para que uno pase, pero el asombro persista como combustible permanente para reconstruir la vida. Mi abrazo, amiga muy querida.
ResponderBorrarDe inútil nada, todo depende del cristal con que se mire. Alimentar el alma es tanto o más útil que alimentar el cuerpo.
ResponderBorrarMery es hermoso tu hilvanar las palabras y deleitarnos con una imágenes que nos hacen vibrar, no sólo en la alegría sino en la tristeza. Pasearnos por detalles que nos recuerdan eventos personales, con una pericia magistral, como cuando mencionas "...asaltar una madrugada junto a una flor del baile".Que bueno encontrarte en esta red, como antes en aquellos lares...un abrazo
ResponderBorrarLo extraordinario, Ligia, es que nunca dejamos de estar juntos. Aquellos lares, sembrados en uno, se van con uno donde quiera que uno vaya. Los afectos quedan creciendo en las veredas y el dulzor en cada mango alto que uno se encarama a buscar. Las rosas de yayita son un huerto que está enrazizado en mi corazón. Y su mirada, esa mirada de algodon de azúcar, que destiaba bendiciones y se le salía por los ojos, eso quedó grabado para siempre. Como las caricias de abuela Ramona en la frente de los hijitivos.
ResponderBorrarEres tal cual expresa el poeta en las uvas del tiempo "no se si los dices o los rezas" esos símiles que utilizas para referirte a la abuela son tan aproximados a todo el sentimiento que ella despertaba en nosotros, que puedo hasta sentir el roce de sus manos,tan trajinadas por los distintos quehaceres que hubo de sortear...y es muy cierto eso que me dices, se van con uno donde quiera que vaya.
ResponderBorrarRecoger una florecita azul en tu camino y ensartarla en tu cabello y luego dibujarla en cada papel donde escribiste un poemita.
ResponderBorrarRegalar miradas tiernas las 24 horas y animar con frases como que las cosas son más ricas cuando se comparten.
Sobreproteger a todos como si todos fuéramos tus hijos.
Estallar de júbilo cuando en el cielo se dibuja un arcoiris como si fuera el mayor milagro que viste por primera vez.
Podría seguir detallando algunos de tus días Mery. Un abrazo.
¿Qué te respondo? Que cada vez que yo hacía esas cosas tenía al frente seres tan jubilosos como yo ante el asombro de lo cotidiano. Lo más hermoso no era encontrar sino compartir. Y en tu caso ambas nos quedábamos absortas en ese instante hasta que los deberes nos llamaban y hasta que otro asombro se atravesara en el camino. Me dan mucha alegrías esas memorias, mi china. Y es como si juntas acábaramos de descubrir la primera lluvia de estrellas atravesando nuestro mirar. Mucho te quiero, dulce amiga. Así las veo dibujadas e el amoroso rostro de tu hija.
ResponderBorrarTu esencia, tu manera de poetizar lo claro y lo oscuro... Tú, siempre... Solo ha cambiado el paisaje... Qué hermoso!
ResponderBorrarAmar al mar
ResponderBorrarsu orilla y su oleaje
Oír la canción de las caracolas escoger entre muchas
la canción que habré de regalarte para un tiempo que nunca vendrá. Amiga es un poema tan soberbio que vale la pena recordar y seguir adelante Nada es inútil cree y lo veras
Y 1980 puede convertirse en 2018. Eso es lo grande que tiene un poema ¿A qué sí, Mery? 😊
ResponderBorrarCiertamente, mi querida Maravillas, lo más grave es que sigo haciendo las mismas cosas.
ResponderBorrarNo te preocupes, porque no somos las mismas, jajajajaja..
ResponderBorrarAsí debería ser Mery Puesto que en la reflexión el hombre es el único ser que se cuestiona sobre sí mismo y sobre el mundo que lo rodea . Porque de la comprensión humana que se tenga deriva el trato que debe dársele a todo ser .. Gracias
ResponderBorrarQuerida Mery que refrescante es leerte. Cada frase es un imaginario para construir un día, lo simple y lo complejo de lo que es vivir un momento a la vez, sin dejar pasar los breves y hermosos detalles de lo cotidiano a nuestro alrededor, algunas veces ciego a nuestra mirada. Pienso que todos debemos agradecerte por recordarnos cada día la parte hermosa del vivir, hecha letras y prosas por tan impecable ser, nuestra siempre poeta, Mery
ResponderBorrarHace muchos siglos, Willy, nos encontramos en esa cotidianidad que tú siempre hiciste más hermosa, más deslumbrante. No te puedo pensar sin una sonrisa. Al llegar, al marcharte, cuando juntos andábamos en los enredos , a tí nunca te faltaba el instante para dejar un papelito, colocar escondida en el,escritorio, una de tus sonrisas, o juntos asomarnos a descubrir los trinos de los pajaros que abundaban entonces en los jardines de la UCV. Y nos reconocimientos entonces como ahora en ese afán de no perder jamás el asombro ni la alegrpia aún en medio de las opacidades. Tú nunca has tenido necesidad de que te recuerden algo que ya venia en tu ADN, y que quienes hemos tenido la fortuna de conocerte, hemos disfrutado y seguiremos disfrutando siempre. Mi abrazo mi queridísimo Willy.
ResponderBorrarMery eres una poeta total, y yo diría que imprescindible ! Te abrazo!
ResponderBorrarMi muy querida Benisa, tus palabras siempre me llegan muuy adentro. Y te las agradezco como si fuesen un abrigo. Tú eres una buscadora de belleza en los paisajes, en los rostros, en las palabras. Y tenerte cerca es una alegria. Mi abrazo inmenso.
ResponderBorrarPoeta de nacimiento pueden pasar 1000 anos la vena la llevas en ti ... que Bella mi Mery cuanto te admiro...mucho mi Amor mucho🤗
ResponderBorrarEso eres tú, mi querida Heidi. Tú nos quieres a todos y te repartes y esparces como una enredadera florida. Cómo entonces no vernos a todos a través de esos tus ojos que miran con el corazón. Y uno recibe esa bendición con alegría y la agradece mucho. Sabes bien cuanto te quiero. Te dejo mi abrazo de siempre.
ResponderBorrarQue hermosa eres mi Mery tus palabras me llegan hasta lo mas profundo y cuando vienen de una maestra del alma como TU mucho mas profundo llegan. TU abraso y tu Amor lo llevo conmigo siempre, gracias mi Mery. Yo tambien te quiero mi reina, te extrano y te envio un fuerte abraso hasta que te vuelva a ver❤😘
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