El ojo del niño traza
la travesia del ocaso
no sobre los mandarinares
que le dibuja a los parajes
de la tarde sino por
la lumbre que le borda
a la intrincada geometría
del árbol
Desde esa nomenclatura
de ramas que pueblan
la noche irrumpe un alfabeto
de alas deletreándole
a los pájaros
el enjambre exacto
de su nido
Hasta que al amanecer
el sol recupera su
oficio de fosforescencias
derramando sobre el día
la enigmática extensión
de su canto
texto / mery sananes
foto / the tree artist
02 de mayo del 2018
Boieldieu / Concierto para arpa
No hay comentarios.:
Publicar un comentario