lunes, diciembre 10, 2018

BORDADORES DE SUEÑOS


 BORDADORES DE SUEÑOS
SOBRE LOS TEJIDOS DEL VIENTO
a belkys


Mi queridísima Belkys

En el tintero ha estado guardada esta carta no sé desde hace cuánto. Te veo y sólo reparo en esa risa tuya que se derrama como un abrigo de alegría sobre todos. Te pienso y veo esa mujer, que siempre parece una niña, pero que es capaz de tener un temple de guerrero ante el dolor. Te imagino y sé que en tus ríos vitales corren ausencias que jamás se han ido y golpes fuertes imposibles de reconciliar con la lógica, sino con el desconcierto.

Pero te sigo mirando y me encuentro con aquella madre de mil brazos y desbordada de quereres, enfrentada a todos los obstáculos, guareciendo tu cría de todo peligro y asumiendo su crecimiento como un reconocimiento a un hacer. Esos hijos que te dieron la fortaleza para que no se quebrara tu risa musical y sonora que nos acompaña desde siempre.

Y te he visto ahora dando una batalla mayor, con toda tu altura gigante, acurrucada en tu diminuta estatura, buscando jugarle una mala pasada a la enfermedad y sacudírtela a punta de puro amor, para que la permanencia entre los tuyos alcance edades crecientes.

Y ante alguien como tú, que despide cualquier tristeza con su risa invulnerable ¿con qué palabras puedo acercarme si la fortaleza eres tú, si la capacidad de aguante, de lucha, de vida está es en ti?







¿Qué decirte que tú no hayas ya puesto en práctica en todo tu vivir? ¿Qué palabras pueden sustituir esa manera tuya de entregarte a la vida, con alegría, pasión, dedicación sin límites?

¿De dónde inventar palabras que refieran quién eres? Te observo desde mis memorias, y te encuentro soltando las hebras de una alegría para inundarlo  todo, sacando viandas del cálido fogón de tu alma, y repartiendo hasta lo que no tienes

Tú eres la lección permanente, el ejemplo en el cual nos miramos, la mayor demostración del amor de madre, de la fe en los poderes creadores del alma y del cuerpo humano que se ve atacado y se defiende, y que no borra esa sonrisa sembrada en el envés de tus ojos, para que el dolor no la maltrate.

De dónde sacar palabras, si en tus silencios tú eres la gran batalladora, ese ser que crece en todas las direcciones cuando se siente acorralada en sus sentimientos.

Sé de tu capacidad ante la adversidad, ante la braveza con la cual la enfermedad ha llegado, se ha ido y ha vuelto a regresar una y otra vez.  Y sé, tengo la absoluta convicción de que de cualquier arremetida saldrás victoriosa.


Desde la lejanía te he acompañado en todo ese proceso, con alguna debilidad de mi parte, te lo reconozco, de no estar a la altura de tu temple, de tu fortaleza. Pero saber de Chandy, tenerlo cerca, escucharle su voz,  fue prometerle que esa carta inconclusa esta vez dejaría mis recintos para alcanzar tus manos. 



Y recurro a los afectos bordados en tantos años que son los que me dan la seguridad de tus batallas jamás han sido en vano, y que todo ataque será vencido por tu capacidad de control mental-espiritual y decisión de dar toda pelea en defensa de la vida. Y sé que ante la mínima fragilidad en tus espacios, seguirás, como siempre lo has hecho, bordando lirios de alegría sobre tus seres queridos, aliñando los días con la gracia de tus manos, enfrentando todo intruso para que acepte como una obligación el tener que marcharse, al percibir las huellas de quien eres.


Ese ser volátil, capaz de estar en todas partes y concluir cualquier faena, aunque sean cinco a la vez, y hacerlo con esa jovialidad que llevo bordada en mis pasos, con la cual siempre te has defendido y a la que yo acudo muchas veces para defenderme también.


  
Tengo una inmensa confianza en tus fuerzas, en tu capacidad combatiente, en ese amor tuyo que a todos nos has entregado y seguirás entregando por mucho tiempo.

Y quiero que sepas, con la precisión de los bordadores de sueños sobre los tejidos del viento, que te queremos y acompañamos, una vez más, en estas jornadas del duro andar. Y  te dejamos, envueltos en pañuelitos de luz, en el telar de nuestros latidos y en esas imaginerías de la vida que cada día nos inventamos para sobrellevar estos duros y difíciles tiempo, una cosecha de ilusiones, un solar de ondas energéticas, una enredadera de jazmines y la fuerza de los árboles de otoño, que, en pleno deshojarse, vierten a su derredor los más hermosos lienzos de su existir.

Así te veo, y sé que de estos días de calamidades, no se apartará tú alegría. Y  hasta el espejo sonreirá, devolviéndote esa picardía que siempre llevas en los ojos, a manera de abrazo abierto, que prodigas como panes dulces sobre la mesa de la consagración de las lunas que alumbrarán, para disipar toda sombra que pretenda detener la plenitud de tu risa de para siempre.


Muuucho, muuuchisisimo!!
Mery
Por la pandilla de los pinos

10 de diciembre 2018



texto y fotos
mery sananes



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