CONCHITA ESTAMOS Y ESTAREMOS CONTIGO
25 DE NOVIEMBRE 2018
Agustín
Blanco Muñoz
Amigos
Estamos en presencia de
un acto que por lo general se califica de despedida y que se realiza con el propósito de
decir oraciones para los difuntos. En este caso, para nosotros, no se trata de
despedir. Hemos venido, más bien, a decirle a Conchita que seguimos con ella, a
su lado, acompañándola.
Y a esta hora recuerdo
que allá en la muchachada, en una tarde como esta, nos tocó acompañar a la
abuela Nicolasa al cementerio. Los familiares estaban muy afligidos. Lloraban mucho
por lo de la abuela que nos había acompañado por más de cien años.
Y me tocó hablar frente a una gente no se desprendía del llanto y
espontáneamente les dije: pero cómo vamos a llorar si la abuela en tanto tiempo
nos ha dado tanto de su vida, cómo la
vamos a llorar si para nosotros es muy difícil acompañar como ella lo ha hecho
con nosotros.
Y esto le decimos hoy de Conchita: no te
lloramos porque sabemos y sentimos que te vamos a tener por siempre aquí dentro
de nosotros, cultivando más y más tu alegría. De eso se trata, porque uno tiene
suerte en la vida de conseguirse gente así como Conchita. Es un privilegio que
los caminos nos conceden.
Entonces tenemos la regalía de decir yo compartí con
Conchita, yo quise a la generala, la dura, la enérgica, la que no tenía ningún
miramiento para arreglar situaciones.
Desde comienzo de los
años sesenta me relacioné con Manuel cuando estudiábamos en la Escuela de
Historia y con Don Pedro, (que no con el profesor o doctor), que estaba al
frente de La Escuela de Letras. Un Maestro que
siempre tenía tiempo para atender a los jóvenes.
Años más tarde me
propuse levantar el testimonio político, docente e intelectual de Don Pedro. Le
hice el planteamiento y me puso como condición que trabajásemos en su casa para
evitar las interrupciones. Y fue así como conocí de cerca a Conchita. Antes la
vi y saludé muchas veces cuando llevaba a Don Pedro a la universidad. Pero
ahora la conocí en forma directa y personal. Y así me acerqué y uní a esta
familia. Por eso hace unas horas apenas,
hace dos sábados estábamos celebrando el cumpleaños cien de Conchita.
Esa noche le toqué el
tema de Las Trincheras, el sitio donde
nació, y la invité a viajar al sitio y me dijo que no porque a Elvira no le
gustaba el lugar y que me olvidara del asunto. Hoy me comentaban
que en su expresión de las últimas horas señalaba que quería viajar a París.
Esa tarde, antes de
irme a la reunión percibí ya su mirada de eternidad, unido a su permanente
alegría y paciencia. Sentíamos que se iba a esa dimensión, en su andar de
optimismo. Y esto fue lo que escribí:
LA ETERNA ALEGRÍA
para Conchita Beroes
Hoy vivo en los cien años que se te multiplican en cada uno de tus
amaneceres para seguir en el andar por los trópicos de los encantos que
siempre cuidas por ser la gran hechura de tus pasos de cenicienta de azúcar pan y amor
Vivo en tus cien encuentros con los días de las almas que han quedado sembradas en tu memoria de fabricante de sueños que se hacen música de colibríes para cubrir el arrullo de todos los caminos donde
dejas sembrados los afectos que se vuelven cercanías que adoptas como señales que prolongan tu mirada hacia las azucenas portadoras del manantial que se hizo trinchera de las mañanitas que te llevan a asumir el permanente combate por la existencia que se expresa en profundidad
para la entrega de señales para el compartir en cada uno de nuestros respirares
Por eso vivo hoy en tu presencia de
constructora de arcoíris vuelos de cundeamores
y atardeceres minados por el canto de las mariposas que nunca saben
de regresos y en ese instante me siento portador del privilegio de tu palabra madurada en los adentros de tu corazón de gladiola en
despertares que no saben de rumbos concluidos
Y te digo también que hoy ando en tu mirada y sé
que te tendré por tu condición de estricta sembradora de espacios
para tus quereres y que por eso andarás viviendo en quienes hicieron
del amor la señal de acercamiento a tu presencia de vida grande
dispuesta para los más remotos crepúsculos encrespados en
bellezas que nunca perderán el verdor de la vida encerrada en
los destinos de la alegría que morará en todos tus alientos de eternidad
11/11/2018
Hoy me tocó también, ya no como antes de ir al
festejo, pero si antes de venir a este acompañar, hacer el papel semifinal para
ella…
VE CONCHITA
A TU SEGUIR
VIVIENDO
Hace apenas
horas hablaba de la alegría que
morará en
todos tus alientos de eternidad
Entonces te
veía avanzar con tu paso profundo
y festivo
hacia territorios donde se comparte y
se extiende la
vida hasta los límites del siempre
donde se
hallan los sentires capaces de tocar
la trascendencia
Y esto fue
algo de lo que nunca te apartaste
porque tu
vivir fue un compromiso con
las inminentes
y constructoras huellas que
impone el
porvenir
Eso te llevó a
la alta conciencia del ayer el hoy
el mañana y
por eso en nuestra conversación
anterior el
día del festejo de tu cien años ante
mi invitación
para llevarte a las trincheras
esas aguas y
espacios que te vieron nacer me
respondiste
que me dejara de caprichos
porque ya no
era posible ese viaje
Lo que no me
comentaste es que tenías
en mente irte
silente y festiva como siempre
a cumplir otra
misión de la existencia
No nos
señalaste que te ibas a alumbrar
otras aguas
que tu camino te encomendó
Dabas por
sabido que te irías cargada
del aliento y convicción hechos arrullos
de quien ha
cumplido con el tránsito que
nos traza el andar
Y sentimos con
tu escuela que este tiene
que ser
nuestro andar en esta fecha
acompañarte en
tus pisadas de combatiente
por la vida
y ejecutora de la diáspora
de energías
para los tiempos que habrá
que ayudar a
reconstruir para su mejor hacer
Por todo esto
Conchita la Cocó
de los tantos
amores no te lloramos
queremos sólo
acompañarte para seguir
aprendiendo de
ti lo que es y la manera de
ejercer a
plenitud en profundidad
y creación el
oficio del siempre vivir y
por eso
contigo seguiremos topando
Ve Conchita a
tu seguir viviendo en
la alegría que
siempre cosecharás!!
25/11/18
Esta es nuestra forma
de juntarnos a esta abuela, a esta
madre, a esta combatiente, a esta amiga, a esta señal de los caminos de siempre…
Ve Conchita acompañada de todos nosotros a los territorios
del seguir haciendo.
Y no olvides nunca que te queremos y
que
te vamos a amar por siempre!
26/11/18
( ) Palabras de Agustín
Blanco Muñoz en el velatorio de los restos de quien en vida respondió al nombre
de Concepción “Conchita” Beroes, realizado en la Funeraria del Cementerio del
Este el 25/11/18
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