a daniel
Dos lagrimitas
contenidas en unos párpados
hechos para la risa
se quedaron atrapadas
en una tristeza sin nombre
No quisieron derramarse
sobre el día que comenzaba
los ojos se las bebieron
como el zumo de un limón
amargo
Sentía un dolor
de heridas antiguas
sorprendidas de no entender
qué gesto se habría volteado
en su contra mientras
él repartia dulzor en las
mañanas sin sol
Y de pronto aquel niño
se irguio sobre un tiempo
que no era el suyo
cerró las compuertas
de la sal y se marchó
a pasear de nuevo
su risa por los corredores
del viento
texto y fotos
mery sananes
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