18 marzo 2019
La orquídea sin árbol rama
ni tronco donde hospedar
la algarabía de su flor
se repliega en su maceta
girando hacia el sol hasta
volver a estallar en la risa
de sus petalerías
Mientras le teje a los muros
el espejo de su resurreción y al
suspiro la lúdica remembranza
de su amorosa caligrafía
vegetal
Sabe que su savia no se seca
y que en el silencioso aposento
de su fragilidad va construyendo
amorosamente el verde silbo
del vivir que no se agota
05 mayo 2018
18 mayo 2017
texto y fotos
mery sananes
marzo 2019
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