James Ensor
Entre el vaso y el ramo
se despliega una
complicidad que se
convierte en verdadero
estallido de pétalos
enraizados a la tierra
que los vio nacer
Ahora es el agua la
que nutre el primoroso
candor de un ramillete
entregado al amor
de quienes hacen pausa
en el vagón de las
flores desprendidas
texto / mery sananes
imagen de la galería de Miguel Veyrat
Una hermosura el poema!!! Feliz día!!!
ResponderBorrarBuen día, amiga querida. Agradable mañana con el deleite de tu poema.
ResponderBorrarLa tierra, el agua, contribuyen a la par preparando el milagro de la belleza en su apogeo y su corto paso por la vida. Fenómeno inverso al ser humano, agua y tierra,invertidos, mas igual destino!
ResponderBorrarMuy cierto An, hermosa reflexión, salvo que nosotros los hombres, menguados de especie, aún no hemos aprendido de la flor su ciclo permanente hacia la vida. Mi abrazo!
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