para Gerard Sananes
Dos infinitos se trazan
en el deslumbramiento
de un cielo espejado
de un cielo espejado
El río se hace crepúsculo
sobre el alado mandarinar
de un sol que teje sus gajitos
de dulzura en el aire de la
noche mientras desciende
en el bajel del horizonte a
navegar en la piel de
los guijarros
Y el agua asciende
rumorosa en busca de
sus recintos de nubes
para derramar la movilidad
de su sueño sobre la
quietud de un cielo
sellando la esencia de un
vivir aún deshabitado
del mirar del hombre
hacia el interior de su
propia lumbre
foto / gerard sananes
texto / mery sananes
26 de enero del 2020
Mozart
Fantasía en re menor
con Glenn Gould
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