Un sol de invierno
insurge entre
los grises de la tarde
a dejar sus huellas
girasoladas
sin advertir que ellas
se replican en el
espejo de una nube
que hace suyo todo
su fulgor
Ay de esa agua de oro
que habrá de derramarse
sobre la soledad de un
hombre sin rostro y sin
espejo
Ay de ese instante
fugaz de un canto
silencioso
entregado en clave
mayor
para aliviar la larga
tristeza de una tierra
que ha perdido la
imagen de si misma
¿Cuándo será que
el hombre se espeje
en su propio mirar hasta
alcanzar ser piedra de rosa
cincelando la esperanza
en el corazón del agua?
texto y foto / mery sananes
23 de enero 2020
Juan Sebastian Bach
Clave bien temperado Libro 1
Fuga No. 12
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