de una cesta de frutas sostenida
en el aljibe de unas manos que
en el aljibe de unas manos que
todo lo aliñaban con el sabor
de sus ternuras
Y en el dintel de una ventana
de pronto emergieron los suspiros
que la vida le había arrebatado
que la vida le había arrebatado
a los días de granos de maíz
sostenidos sobre los azafates
de la ilusión
A la trayectoria del vivir
nunca le falta ese extraño
paralelaje entre los amaneceres
y esos días que brotan desarraigados
de su raíz para volverse desatino
y mordedura en el recinto de las
esperanzas convertidas en astillas
de un sol desaparecido entre
las brumas incesantes de la muerte
Pero hay una materia invisible
adherida a los vasos comunicantes
que resisten y desafian toda derrota
Y allí en ese hospedaje fugaz
de lo que somos tierno árbol
de pomagás en alianza con un
uvero de playa anclado en el
asfalto se desprende el ritual
mayor de una existencia inscrita
en la persistencia de construir
la alegría con aquel dulzor de
mango y guayaba que edifica
cada día ese riguroso paso
por las sombras con un hilo
de fósforo atado a la miel de
los caujaros
05/05/20
texto y fotos
mer sananes
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