En el arbol de
orquídeas
un mirlo
La soledad…
¿en qué árbol?
Chantall
Maillard
La soledad habita en los bosques
En ese espacio mágico en el que
los pájaros subterráneos construyen
un nido de raíces para que los
árboles en su solitaria canción
escriban la historia de su especie
El hombre aun no aprende ni a
cantar ni a tejer con las hebras
de sus suspiros una lengua que
sirva de hospedaje a su soledad
Tal vez no recuerdan que quedó
escrito en el libro de los enigmas
que sólo así regresarán a su jardín
desierto los alegres mirlos del vivir
Y mientras eso ocurre si es que
ha de ocurrir alguna vez
la soledad se convierte en
recinto de milagros
en residencia de un silencio
habitado por lo invisible
desde el cual una ramita quebrada
nos devuelve el aroma de un
naranjo y el viento desplegado entre
los racimos de flores por nacer nos
siembra en el alma la arquitectura
de las colmenas y el alegre bullicio
de los palomares
La soledad siempre proviene
de un corazón que ha conocido
el amor y aunque se ausente
y con él la risa de las orquídeas
deja grabado en los pliegues
el inmenso encantamiento
de haber vivido en el temblor
de los sauces y en el cristalino canto
de las hojas recitando en el
aire la dulce armonía de los
pájaros silbando la melodía
del nunca acabar
texto y fotos
mery sananes
28 julio 2020
Me identifico.
ResponderBorrarBellísimo, Mery...Como todos tu poemas!!! Te abrazo y bendigo con amor.
ResponderBorrarEl hombre aún no aprende una lengua que le sirva de hospedaje a su soledad. Qué sentencia tan mágica y solemne.
ResponderBorrarQué hermoso poema te han inspirado estos versos de Chantal Maillard y cómo agradezco que tu inspiración se haya detenido hoy en la soledad.
ResponderBorrarMe encanta. Me encanta muchísimo. Dibujas con las palabras, creando imágenes mientras te leo.
ResponderBorrarQue belleza..
ResponderBorrarQue belleza Mery Sananes.
ResponderBorrarPrecioso demás👏💕. Emociona mucho
ResponderBorrarPrecioso
ResponderBorrarLa soledad del hombre más allá de la naturaleza que maravilla poeta
ResponderBorrarMi querida Profesora:Su poema es de una gran sutileza. Anda buscando el alma de las cosas. Un abrazo
ResponderBorrarBello, inmenso. Gracias querida Mery
ResponderBorrarBello poema,va directo a lo existencial,la soledad como vehículo y vivencias, recuérdame a Saint-John Perse.
ResponderBorrarLleno Que extraordinaria capacidad de vivificar lo inanimado , de darle brillo y belleza a lo que hemos olvidado por descuido . Que gran poema.
ResponderBorrar
ResponderBorrarAcompañado
por esa "soledad sonora" (¡Ay San Juan!)
de la palabra escrita en el silencio
ni ella ni tú ni yo, ya estamos solos.
Cuánto quisiera
abrirle las costuras mal cosidas
a tantos argumentos desabridos
a los que el hombre vano de hoy se aferra
sin darse cuenta
que el todo es todo en sí
al ser la unión de nuestras soledades.
¡Ven soledad!,
con tu savias verdes,
con tus verdes alas,
con tus alas sabias,
con tus sabias caras
y danos la compaña decidida
del troquel de tu impronta
para que el nuevo todo nos acuñe.