Para construir un cantar
así debes sembrar en tu
mano izquierda
un huerto de lirios
color de la mazorca de maíz
en tu mano derecha
un azafate de granadas
maduras
en tu plexo solar
un rebullicio de
trinitarias del color
de los atardeceres
Ambas llenas de dátiles
con trinos de flautas de
avenas
En tus ojos
un crisantemo teñido
con los matices
de la aurora
En tu iris un arco
que no comienza ni
concluye sino que
suelta las ráfagas
de sus encantamientos
en cada lugar donde
en vez de una flor
emerge una tristeza
En tus pasos andariegos
las alas de un colibrí
que le regale a los
chipilines un color que
borre toda pena
Un escudo cosido
de hierbas
para enfrentar las
aspas oscuras
un cántaro de aire
para apaciguar tu
respiración
un bajel sin velas
urgido de mar
Y en tu alma
forjada en tu taller
de herrería
el canto del yunque
que puebla los cielos
de una artillería
de luceros
No requieres de duende
alguno porque ya habita
en tu interior
con gozo de niño y
y una herida que no se
cierra sino cuando tus
mágicas palabras logran
hacer del llanto un
cauce de siemprevivas
Dos cosas más
un amor sin zozobra
que inunde los ojales de
tu camisa y los espacios
que habitas
que le dibuje a tus pasos
caminos de pájaro
y a tus quereres
dulzura de adagios
Y el deber inalterable
de hacer de tu voz
el canto sin cesar del
hombre vulnerado
de los chipilines sin risa
de la mujer-muchacha
de todas las latitudes
a las que le han robado
hasta el asombro
Con esa armadura
podrás hacer del canto tu
entrega mayor en cuyas
estrofas palpiten
los suaves relámpagos
del prisma y que si
hablan de penas
todas sean para defender
la sinrazón del amor
Y del poema una luz como
ninguna que se haga canto
en la urdimbre de un
porvenir aún por
construir
01/07/22
texto fotos
mery sananes
Chopin
Nocturno Op. 9 No. 02
Arturo Rubinstein
Un canto que es eco de otro canto, es el reflejo en el espejo del alma, en las azules aguas de todos los océanos, en los albos picos de las montañas, en la inocente mirada de los niños, en cada cicatriz del hombre virtuoso que ha dejado su tiempo regalado a los que vendrán, son las manos amorosas de cada madre acunando tristezas, llantos y alegrías. La correntada de un río que en su paso alimenta la tierra yerta, los pastos secos dando vida a cada oscuro, escondido doblez de la tierra. Gracias Mery Sananes!
ResponderBorrarAy querida Olga Mary, me has conmovido con tus palabras, y sobre todo, más allá de que me las dedicas a mí, es la densidad y sabiduría de lo que escribes. Y es una alegría advertir que en estos espacios puedan producirse reflexiones tan hondas como las que dejas hoy. "Un canto es eco de otro canto" ya esto diría que define el oficio poético en su verdadera función. Hay que recibir ese eco y producir palabras en las que otros puedan encontrar eco. Y si no fuese suficiente, has dejado en tu comentario un verdadero derroche lírico que celebro mucho. Porque lo que toca e espíritu se hace eco en el otro. Bastaría que citara tus últimas palabras: "La correntada de un río en su paso alimenta la tierra yerta, los pastos secos dando vida a cada oscuro, escondido doblez de la tierra!. Y siento que este espacio del poeta Lionel es un territorio que invoca e invita a hacernos eco de tal modo que nuestras respuestas se conviertan en nuevas estrofas de un canto común. Gracias, te dejo mi amistad y afecto.
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