Nunca supo la hondura de la ausencia
que dejó aquel agosto de penumbras
porque ocupaba su tiempo en macerar
hierbas para mágicos brebajes
en aliñar los días con la sazón de
en aliñar los días con la sazón de
sus pasos en preparar viandas
que repartía en todos los
vecindarios que le cabían
vecindarios que le cabían
en el corazón
Experta en el arte de las confituras
convertía la piel de las toronjas en un
derroche de mieles y procesaba
Experta en el arte de las confituras
convertía la piel de las toronjas en un
derroche de mieles y procesaba
pacientemente el aromado equipaje
de las guayabas hasta convertirlas
en un río de azúcares que tomaba
en un río de azúcares que tomaba
por asalto los techos las paredes el fogón
hasta que la larga paleta de madera
cumplía sus labores de cuajar
aquel hervor en generosa ofrenda
de conservitas que ofrecía a los
visitantes que se detenían en
hasta que la larga paleta de madera
cumplía sus labores de cuajar
aquel hervor en generosa ofrenda
de conservitas que ofrecía a los
visitantes que se detenían en
el umbral de su memoria
Conocía mejor que nadie la ciencia
del maíz de donde emergían
Conocía mejor que nadie la ciencia
del maíz de donde emergían
empanadas rellenas de un guiso
de amor cuya receta quedó estampada
en la mazorca que desgranaba
como un ritual de madrugada
Guardaba celosamente en el costado
de su vestido un diminuto pañuelo
capaz de escanciar todas las lágrimas
y que cuando lo desenvolvía dejaba salir
de sus pliegues cantos de pájaros
y cuentos de aparecidos que a veces
Guardaba celosamente en el costado
de su vestido un diminuto pañuelo
capaz de escanciar todas las lágrimas
y que cuando lo desenvolvía dejaba salir
de sus pliegues cantos de pájaros
y cuentos de aparecidos que a veces
emergían en las calles de su barrio
Aprendió del maestro esteban
Aprendió del maestro esteban
el oficio de albañil y del primer amasijo
de barro fue haciendo florecer
una casa de tantos cuartos como
niños iban llegando a su regazo
nunca faltó el guarapo que mitigaba
niños iban llegando a su regazo
nunca faltó el guarapo que mitigaba
las carencias ni el mango maduro
que destilaba sus dulces hilachas
entre los mordiscos
que lo devoraban
Tenía el don de la alegría construido
sobre las más terribles de las tristezas
un día se le fue marcos cuando apenas
que lo devoraban
Tenía el don de la alegría construido
sobre las más terribles de las tristezas
un día se le fue marcos cuando apenas
iniciaba su travesía por los sacos de samán
y luego se le fue rafael el mayor de todos
cuando el frágil andamiaje que lo sostenía
alzó vuelo con su sonrisa de niño a cuestas
Sobrevivió tantas batallas anónimas
que sería imposible enumerarlas
pero su rostro jamás cambió su temple
porque en el anverso de sus manos
cabían todas las caricias
Se nos fue un agosto que jamás
y luego se le fue rafael el mayor de todos
cuando el frágil andamiaje que lo sostenía
alzó vuelo con su sonrisa de niño a cuestas
Sobrevivió tantas batallas anónimas
que sería imposible enumerarlas
pero su rostro jamás cambió su temple
porque en el anverso de sus manos
cabían todas las caricias
Se nos fue un agosto que jamás
ha terminado y sin embargo regresa
cada mayo a encender las catedrales
de luz dondequiera que estemos
y vuelve cada julio a inundar
los anocheceres con su aroma
los anocheceres con su aroma
de espigas solaresy entonces
es como si renaciera la vida
en el polen que da cuenta de la
en el polen que da cuenta de la
eternidad como si de nuevo
pudiésemos cobijarnos en su
regazo de azahares a deletrear
regazo de azahares a deletrear
el futuro que nos regala cada vez
que en las madrugadas
se encienden las lámparas
se encienden las lámparas
de tierra
mery sananes
mery sananes
08 de agosto del 2007
Las canciones favoritas de la Abuela
Nelson Ned
ResponderBorrarCuán bellos versos, Mery, son como vasijas atesorando un alma...
Mucho de esas vasijas sabes tú, mi querido LA. De allí sacas siempre esas hermosas palabras que brotan sin rima al hablar de los tuyos, de todos aquellos que nos dejan huellas indelebles. Gracias.
ResponderBorrarMuy hermosa tu homenaje. Abzs y saludos.
ResponderBorrarDemasiado hermoso ese escrito 🍊🍠🍍🍓
ResponderBorrarMe provocó y me puse hacer mermeladas 😸
Mi querida Suglén no puede haber una respuesta mas amorosa que la que has dado. Lo que nos ha enraizado esa manía de no dejar que nadie se vaya de casa sin haber probado o llevado consigo algún manjar dulce hecho por nuestras manos, aprendidas de nuestras abuelas. Gracias, me emocionaste.
ResponderBorrarHermosura! Lo dedico con tu permiso a la mía!presencias tan necesarias.
ResponderBorrarQue siguen habitando en nuestros corazones como caricias.
No requieres de permiso. Todo lo contrario que se lo dediques a tu abuela es ya un hermoso regalo que me haces y te o agradezco de corazón.
ResponderBorrarMuy bello y emotivo prima
ResponderBorrarNos ofreces el barro de tu cántaro para embriagarnos, dulces, con tu canto: el canto de la vida y la alegría que tanto nos alegra nuestras vidas.
ResponderBorrarGracias, Mery.
Ay, mi tan querido Juan, eres un árbol de dulzura que siempre vas regando hojitas de abrigo y cariño. Y cuanto bien nos hace recibirlas.Gracias, poeta.
ResponderBorrarTernura! Hondura! Sentimiento!
ResponderBorrarBelleza total la de este poema! Felicitaciones, Mery. Mi abrazo grande para ti.
Qué maravilla relatada en ese dulce de guayaba, que me lleva hasta el patio...ese azul de despedidas y esa presencia de carácter y valores humanos. Gracias Mery Sananes, porque nos traes a la abuela de vuelta, a muchas abuelas de tantos y reafirmas en la paleta de madera la esencia de su ser.
ResponderBorrarBellísimo...🥲
ResponderBorrarQue preciosa !!
ResponderBorrarQue poema más tierno , destila un gran amor 💕 a una abuelita comparada a la Dama de Noche y sus quehaceres 🧺 del vivir
ResponderBorrarHermosa manera de recordarlo, con sus manos generosas para dar.
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