reverberaciones para que el verbo 
recorra todas sus conjugaciones en 
el temporal del infinitivo siembre 
en el aire de las silabas el temple 
del dolor que se afinca en el borde 
de las pupilas desciende hasta los 
archipiélagos del corazón alcanza 
los húmeros y se asienta en las 
respiraciones que se agitan entre
suspiros que zozobran y y moldearla 
hasta que toque el tiempo de los precipicios
y alcance alguna tregua en los dinteles
de la risa que se escapó en las hendiduras
de una palabra seca y devastada que sólo
sirvió para dinamitar la vida
mery sananes
10 marzo 2011
ms

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