No hay un último día para una flor
porque ella en su vuelo anuncia
la próxima floración
Un cronopio
encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a
arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su
lado y juega alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la
sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume y finalmente se
acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz. La flor
piensa: “es como una flor”.
Julio Cortázar
Historia de cronopios y famas
foto / mery sananes
28 de mayo del 2015
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