Y la luna se eternizo en tus pupilas
como un cardenalito en un alpistero
fuimos a su encuentro vadeando paisajes
y neblinas hasta alcanzar su estatura
de flor y allí anclamos nuestras alas
en la circunferencia de su melancolía
Me llevabas atada a tus sueños y yo
te prodigaba la gramática lunar
de los suspiros mientras los besos se
escanciaban en la sed de tus antojos
Entre ambos masticamos su sabor a
mandarina y redescubrimos en sus
gajitos la espiral de la esperanza
texto y foto
mery sananes
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