Sabías que en aquel 30 de junio
al viajar desde tu recinto acuático
a un paisaje de brisa y amanecer
una luna nueva ya comenzaba la
Cómo ibas a adivinar entonces
cuando apenas te asomabas
al andén de los días que te
marcharías una noche al filo
de un hilo casi imperceptible
de luz
se desplegará como un cardumen
abriéndote paso hacia el recinto
de las alegrías y que yo te estaré
aguardando como siempre para
contarte de qué color amanecen
los días en las pupilas de mis niños
y con qué canto los cardenales
irrumpen en los sembradíos de
Entonces festejaré con lirios silvestres
y confituras de miel y nueces
la resurrección de tu mansedumbre
y me llevaré el olor a hogaza
que esparces cuando te engalanas
con ese aroma de nísperos y pomagases
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