Vuela el pájaro 
y se deslizan los dedos
sobre un teclado de viento
Se inicia un canto desde la
respiración de un ave que
hace urdimbre en el interior
del hombre que lo sigue
Y entre ambos nace un
murmullo de trinos
un silencio que brota leve
en el aire como una plegaria
que amariza en el plexo
de una bromelia
Y el polen desprendido de los
acordes agita la mansedumbre 
de las alas y un temblor 
de azahares hace de las manos 
un cuenco de agua que se agita 
como una lluvia dúlcima sobre
el copo de los árboles
Allí donde hombre y pájaro
alguna vez haran su nido en medio


Me ha revestido el alma
ResponderBorrarde magia.